Capítulo de Investigación
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Formación de sujetos políticos en educación popular. El caso del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D.
Educating Political Subjects in Popular Education. The Case of Colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D.
https://doi.org/10.28970/9789585498020.06
Introducción
El Colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D es una institución educativa que pertenece al Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social Fe y Alegría el cual trabaja por las clases menos favorecidas, de manera especial en el sector educativo. Además, es una institución educativa distrital, lo que hace que responda a las directrices dadas por la Secretaría de Educación de Bogotá.
En el año 2016, el movimiento elaboró una nueva ruta de formación para todas sus instituciones educativas, centrada en la “vida en plenitud”, la cual fundamentan en lo que han denominado la construcción de una cultura de paz en Colombia, a partir de tres fases: hacer la paz, mantener la paz y construir la paz (p. 16). Si bien el colegio objeto de estudio venía trabajando en la formación de sujetos políticos, los nuevos lineamientos, denominados nueva partitura, permitieron que se fortaleciera la formación de líderes y el incremento de acciones de proyección social en el sector circundante.
Desde esta perspectiva, en este capítulo se presenta el análisis que se realizó en el colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D para afirmar que realmente hay una formación de sujeto político, en diálogo directo con los ideales de la educación popular y los referentes teóricos trabajados desde Alvarado y Martínez.
Para esto, se tuvieron en cuenta los siguientes insumos: Propuesta de Proyecto Educativo Institucional PEI, Bogotá, presentada a licitación por los colegios en Administración de la Secretaría de Educación de Bogotá en noviembre de 2016; Propuesta Educativa Fe y Alegría Colombia 2015: Fe y Alegría Colombia. Sintetizando nuestra propuesta educativa. Sueños e intencionalidades; documento: Ruta de formación para la vida en plenitud. Transformar en clave de capacidades; entrevistas realizadas durante un período de 4 meses a estudiantes líderes de la institución; docentes de ciencias sociales, español y literatura y ética (elegidos por la institución); trabajadora social; coordinador de secundaria; madre de familia que lleva 12 años en la institución y exalumnos. Además, las observaciones realizadas de las siguientes actividades institucionales: celebración del día del idioma, reunión de padres de familia, actividad “la lectura te da alas”, visita de representantes de la India.
El objetivo principal fue interpretar en la cultura escolar las significaciones más representativas en torno a la construcción de sujetos políticos. Para ello, se eligieron las siguientes categorías de análisis: construcción de subjetividad, concepción de la realidad y mecanismos de participación. Una vez sistematizadas las entrevistas y revisados los documentos institucionales, se realizó el ejercicio hermenéutico de interpretación a partir de la técnica de análisis de contenido, teniendo en cuenta la diversidad de fuentes de donde provenía la información; además de la posibilidad de la verificación que se presenta en esta técnica lo que le da un carácter de objetividad y validez a las interpretaciones que se extrapolan durante la investigación a partir de los significados más representativos.
Todo lo anterior con el fin de dar respuesta a la pregunta de investigación: ¿de qué manera en el colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D se forma el sujeto político?
¿Por qué formar sujetos políticos?
El hombre antes de ser sujeto político es sujeto, lo que implica que tiene una concepción individual del mundo, una forma de percibir la realidad y de empoderarse en la misma, apropiándose en cierta medida de los valores y principios que hacen parte de esa realidad. Ahora bien, la realidad se entiende en este documento, como esas entidades independientes al individuo, frente a las cuales se presenta como sujeto, pero que no son determinadas por él en sí mismas. En palabras de Berger & Luckmann (2015), la realidad “es una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición (no podemos hacerlos desaparecer)” (p.11).
Al ser una entidad independiente, interpela en cierta medida al hombre y le permite comprenderla invitándole a la vez a transformarla, a partir los procesos de conocimiento, reconocimiento, reflexión y comprensión. El ser sujeto hace parte de la identidad que el hombre va teniendo, de su “ser individuo” concreto. Como individuo concreto se relaciona con esos otros que le permiten trascender y transformar la realidad. Es en esta comunicación con los otros que se va constituyendo el sujeto político.
Es así como el sujeto político logra realizar un consenso entre su forma de percibir el mundo y la realidad que emerge de lo público. Por esta razón, el sujeto político permite la participación. Desde esta perspectiva, podemos hablar tanto de sujeto político individual como sujeto político colectivo. Este último se proyecta en las diversas instituciones sociales, dentro de las cuales se encuentra la escuela. Estas instituciones influyen y moldean la realidad permitiendo que el sujeto individual se reafirme en sus percepciones de la misma o transforme en algunas perspectivas su posicionamiento frente al mundo. Es ahí cuando tenemos que preguntarnos cuál es el papel de la escuela en esa reafirmación o transformación del individuo frente a su forma de adaptarse y percibir el mundo. Quizá sea más evidente en algunas instituciones por el modelo pedagógico elegido, o por la tendencia en la formación humanística, política y social de sus estudiantes. Según el interés de este capítulo, es el caso del colegio Fe y Alegría San Ignacio ied, en el cual existe, en su propuesta pedagógica, la intencionalidad de fortalecer el pensamiento crítico como resultado de una reflexión y socialización política. En palabras del coordinador de secundaria:
Pensamiento crítico es nuestra perspectiva, ¿cuál es la idea?, que las personas aprendan a tener participación y a participar en todos los procesos y en todos los niveles en los cuales puedan acceder a un pensamiento crítico desde lo social, lo político, económico y aprendan a traspasar la frontera del colegio para llevar todo ese aprendizaje y hacerlo vida y práctica en su entorno para que su entorno se vea favorecido a partir de lo que aquí se le enseñó. (O. López, comunicación personal, 24 de abril de 2017).
Como lo plantea Boaventura de Sousa, en su texto Subjetividad, Ciudadanía y Emancipación (1998), “la relación entre subjetividad y ciudadanía es compleja” (p. 285); de la misma manera, la relación entre las subjetividades individuales y las subjetividades grupales tiende a generar tensión en el individuo debido a que no es fácil poner al servicio de los otros concepciones propias de la vida y además muchas veces renunciar a las disposiciones personales con miras a contribuir a las transformaciones sociales. De ahí que no sea sencillo para la escuela formar sujetos políticos, porque, al tiempo que tiene bajo su responsabilidad individuos en proceso de reafirmación personal, no renuncia a su vocación política y cívica.
Además de las tensiones anteriormente nombradas, está el hecho de que los discursos del poder político no convencen; de hecho, cada vez generan menos credibilidad en los ciudadanos, “la relación entre racionalización y excesos de poder político es evidente. No necesitamos remitirnos a la burocracia o a los campos de concentración para reconocer tales relaciones” (Foucault, 1988, p. 3). Esa desconfianza aminora en cierta medida el que los jóvenes en formación vean en el ejercicio político una manera de contribuir, críticamente, con la interpretación y transforación de su entorno. Sin embargo, en contraste con esta realidad de apatia y descrédito hacia lo político, y volviendo a la institución que nos ocupa, son los jóvenes los que han jalonado una fuerte proyección política en la localidad a la cual pertenecen; esta proyección se alimenta de la inquietud particular que busca involucrar a los habitantes de los barrios circundantes en las actividades liderados en los diversos grupos existentes en la institución. Es el caso particular del Clan Changó, “un grupo cultural que trabaja sobre la identidad y el territorio, con el objetivo de formar un colectivo que se preocupe por los problemas sociales del país y la localidad de Bosa y su contexto” (El Clan Chango, 2015). No se trata simplemente de trabajar por la localidad, sino de qué manera la institución ha contribuido en esa formación política; cuál ha sido el papel que ha jugado para poder incentivar en los estudiantes el liderazgo que les ha permitido, a través de este grupo y los grupos Amaru Auca y Nacho Estéreo, ser partícipes en los procesos políticos de su contexto. En palabras de Laura, estudiante líder del grupo Amaru Auca:
Yo diría que lo que más me llama la atención del colegio es como forman a las personas, porque nos forman no solo como estudiantes sino como líderes, como ciudadanos; entonces eso es lo que más me llama la atención de Fe y Alegría, que se enfoca mucho en eso. Entonces más allá de cómo se dicten clases de cómo los profesores manejen su plan de estudio yo diría es el formarnos bien y hacerlo con cada uno y de eso salgan cosas grandes como lo son los grupos que están, entonces es como ese apoyo (Comunicación personal, 5 de mayo de 2017).
Es evidente el papel de la escuela en esa formación, en esa aprehensión de la realidad, se convierte la escuela en el marco de referencia de los sujetos políticos que allí se forman; en palabras de Berger y Luckmann (2015): “entre las múltiples realidades, existe una que se presenta como la realidad por excelencia. Es la realidad de la vida cotidiana. Su ubicación privilegiada le da derecho a que se la llame suprema realidad” (p. 37). La vida cotidiana de los jóvenes es la escuela, en ella pasan la gran mayoría de su tiempo y construyen las relaciones que les permiten establecer vínculos sólidos con su contexto; por este hecho patente, podemos denominar a la escuela como la suprema realidad de los jóvenes del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D Allí, la manera de enfrentar los retos de la vida y sus retos personales, ha adquirido unos significados que son propios de la Educación Popular, percepciones frente al conocimiento; todo esto agenciado por el papel que juega la institución en la formación de los estudiantes y una marcada apuesta en el escenario de lo pedagógico. Podemos afirmar, en la misma línea de Berger y Luckmann (2015) que “los significados objetivados en la actividad institucional se conciben como un conocimiento y se transmiten como tales” (p. 69), es decir, pasan a ser parte de esa nueva visión del mundo.
Innegablemente, la escuela transforma el conocimiento, los posicionamientos frente a la vida con los que llega el estudiante, moldea el ser del estudiante, —desafortunadamente en muchas instituciones no lo moldea, sino que lo reprime— y transforma esa materia prima con la que el estudiante llega. Son los mismos estudiantes los que perciben esos cambios en la manera de ver la vida,
[...] el colegio en el que estaba era un colegio distrital entonces no había tanto orden ni tanto apoyo para cada estudiante entonces siempre era un caos además de que había personas, que venían desplazadas o víctimas de violencia entonces era como mucha discriminación (Comunicación personal, 5 de mayo de 2017).
Esto afirma Laura, al preguntarle acerca de cómo se siente en la institución. Hay en el fondo de estas palabras el sentir del respeto por la individualidad y, a la vez, el desarrollo de una incipiente conciencia social crítica.
Evidentemente, el papel de la escuela no se remite a transformar conocimiento, no se trata de amoldar al individuo a los intereses particulares, ni de formar hombres-masa que se sujeten a ideales de esos otros que les están orientando. Este, sin lugar a dudas, es uno de los grandes problemas éticos a los que se puede enfrentar la escuela si, en la elección de sus docentes, no se percata de que estos asuman que su responsabilidad no es la de moldear conciencias, sino despertar ciertas habilidades y competencias para el desenvolvimiento —de los estudiantes— como ciudadanos del mundo y, ante todo, como sujetos políticos.
La educación popular como espacio de formación política
La educación popular es un modelo pedagógico y, a la vez, es un movimiento social. Esta afirmación se sostiene gracias a las características de su inserción en sectores populares y su aporte, desde la pedagogía, a las necesidades inmediatas del contexto geográfico, en el cual se proyecta, también por las respuestas que da a las situaciones específicas del sector y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. A propósito de esto, afirma Marco Raúl Mejía: “[...] la educación popular es hoy una propuesta educativa, con un acumulado propio que la saca de la acción intencionadamente política en la sociedad para transformar y proponer alternativas educativas y sociales de los intereses de los grupos sociales” (2014).
Tal es el caso del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D que le ha apostado a mantener dentro de su propuesta pedagógica los principios de la Educación Popular, formando desde esa perspectiva sujetos políticos capaces de trabajar por su entorno y contribuir a transformaciones de los espacios en los que se desenvuelven sus estudiantes. En palabras del docente de ciencias sociales, Camilo Rubio:
Principalmente, yo creo que el área de ciencias sociales tiene un valor agregado y es que trabaja mucho el pensamiento crítico y va más a lo práctico, a lo pragmático del área, particularmente el enfoque mío va más hacia el empoderamiento social, que lo que veamos hoy sirva para poder empezar a mirar las dinámicas y los problemas del entorno del estudiante y que lo que ellos aprendan sirva para empezar a mirar esas problemáticas y además de eso que reconozcan su contexto, entiendan que hay unas dinámicas sociales, económicas, políticas y culturales que se mueven dentro de su contexto y la intención principal es que eso que se ve sirva para transformar (C. Rubio, comunicación personal, entrevista realizada el 2 de mayo de 2017).
Una de las características fundamentales de la Educación Popular desde sus inicios es la de tomar una postura crítica frente a los problemas sociales que acompañan las poblaciones más vulnerables. Desde esta perspectiva, forma a los docentes y los estudiantes en una conciencia crítica que les permite, de alguna manera, intervenir como agentes transformadores de esa misma realidad.
Ahora bien, desde la perspectiva pedagógica, ¿cómo contribuye la educación popular en la formación de sujetos políticos capaces de tomar posturas críticas frente a su realidad y transformla? Para Freire (2000), la formación política es concomitante a la pedagogía, el ejercicio pedagógico debe permitir la formación de individuos que desarrollen el pensamiento crítico y a la vez sepan leer la realidad de su contexto: “la lectura crítica del mundo es un quehacer pedagógico-político indicotomizable del quehacer político pedagógico, esto es de la acción política que envuelve a la organización de grupos y de clases populares para intervenir en la reinvención de la sociedad” (p. 42).
Es precisamente esa formación en el reconocimiento de la realidad, y lo que Freire denomina intervención para reinvención, uno de los pilares fuertes de Fe y Alegría dentro de su propuesta pedagógica como fundación que proyecta sus ideales en los sectores populares. En lo que la fundación denomina la Nueva Partitura (2014), uno de los retos que tienen es precisamente revisar las intervenciones que hacen en cada uno de los escenarios donde se encuentra, con el fin de analizar si sus intencionalidades se logran o no, afirma el documento:
Fe y alegría tiene que asumir un cambio de cultura donde la orientación esté focalizada en lo que queremos lograr, en los cambios que queremos producir con nuestras intervenciones. Los resultados esperados tienen que ser claros y marcar los objetivos que nos proponemos; pero, desde los principios que tenemos que cualificar e instalar, para lograr lo que queremos. Los procesos son claves, porque cualquier camino no es válido para alcanzar los resultados programados. En educación popular, los “cómos” son tan importantes como los “qués”, y desde la opción ética que implican, también. A la par, es necesario desarrollar la capacidad (“deletrearla”) para que, durante el trayecto, sepamos si lo que queremos lograr, se está consiguiendo, o si nos estamos desviando.
El “cómo” entrar a leer la realidad, el “qué” leer de esa misma realidad, es una apuesta ética, y también social, en la que se mueve la propuesta pedagógica de la fundación Fe y Alegría. Esa apuesta es fundamental se dirige a la formación de sujetos políticos, en los cuales se busca despertar la conciencia capaz de hacer una lectura crítica de esa realidad y, de esa manera, realizar aproximaciones analíticas de cómo poder intervenir en los espacios que colindan con la escuela o la institución académica que ha elegido este modelo pedagógico.
Es claro, también que para la Educación Popular no es posible hacer pedagogía sin hacer una lectura del contexto social político, cultural en el cual se encuentra inmensa la escuela y frente al cual debe trabajar, proponiendo herramientas de transformación no como un conglomerado de afirmaciones teóricas, sino desde acciones concretas en las que, de manera directa o indirecta, se van formando sus educandos. Ese ha sido su papel principal desde los inicios, en los años sesenta, cuando surgió como una crítica profunda a la realidad educativa que era considerada como dispositivo ideológico de alienación de clase (Ramírez, 2011. p. 8).
La noción de sujeto político en relación con la escuela
El papel de la escuela en la formación de sujetos políticos será siempre fundamental, pues el joven se mueve en escenarios en los que vive su ethos político desde su forma de percibir el mundo y en los que asume posturas. Estas posturas pueden ser direccionadas por su mismo ambiente o, en ocasiones, ser moldeadas, si se le forma en el desarrollo del pensamiento crítico. Esto permite que los sujetos asuman un rol de liderazgo y posible agencia de transformación de realidades.
Es el caso de la institución que es objeto de estudio aquí, como podrá evidenciarse en los hallazgos encontrados más adelante, los jóvenes en su formación como sujetos políticos van constituyendo en su quehacer lo que Martínez (2007) denomina política vital:
La política vital se configura en una política de decisiones de vida que, a grandes rasgos, intentan contestar preguntas como: ¿quién queremos ser? y ¿cómo queremos vivir? y con ello se acerca una mirada constructiva del conflicto social, entendido como motor de la vida colectiva. Serán estas preguntas asuntos de base del ideario político juvenil (p. 20).
El trabajo realizado por Fe y Alegría en la formación de esa política vital, la orientación dada a los estudiantes en su reconocimiento como individuos autónomos y con capacidad de asumir actitudes críticas ha fortalecido, de manera particular, una forma de asumir su rol como sujetos políticos y ha logrado, además, potencializar acciones lideradas por los mismos estudiantes desde su percepción crítica de la realidad.
En esa perspectiva de la política vital planteada por Martínez (2007), podemos deducir que los idearios de vida de los sujetos políticos están en cierta medida sujetos al ideal de mantener una perspectiva continua de cambio y reconstrucción del tejido social, aspecto que se ve fortalecido de manera especial en el Ideario educativo del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D como proyección de los principios de la Educación Popular, asumidos en el PEI institucional.
Lo que se da, en términos de Martínez (2007), es un proceso de desmodernización que pemite el rompimiento de estructuras de formación y pensamiento existente en la escuela durante la modernidad,
Las representaciones colectivas de la modernidad sugestionan a los individuos ubicando unidimensionalmente ciertos fines como únicos y válidos, seguidos de la construcción sistémica de medios institucionales coherentes con estos. En seguida la escuela será la institución moderna encargada de adelantar procesos de formación tendientes a la homogenización de los ciudadanos en término de sus capacidades para la participación política y económica en la sociedad moderna (p. 24).
Ese rompimiento, dado por la Educación Popular, ha permitido la desmodernización y una nueva perspectiva de formación de sujetos políticos en la escuela. Sujetos capaces de romper paradigmas, asumir nuevas posturas, ser líderes en la construcción de un ethos social que, en cierta medida, contribuya con el rompimiento de estructuras de injusticia y desequilibrio social. Aspectos fundamentales en los procesos de socialización política, tal como lo enuncia Alvarado (2008):
En los procesos de socialización política se requieren paradigmas que rompan el miedo, la apatía, la incredulidad y el escepticismo frente a la posibilidad de pensar futuros, para construir futuros, por parte de los agentes socializadores, pero también de los y las jóvenes (p. 29).
Desde esta mirada, no se concibe, en la perspectiva de la educación popular, la formación de sujetos políticos en la escuela sin el acompañamiento del desarrollo de competencias y habilidades que permitan el fortalecimiento de un sujeto activo capaz de reconocerse en su yo individual para hacer parte de un “nosotros” que transforme,
[...] para romper los muros de la vida privada y encontrar sentido en la construcción política en los escenarios públicos en los que pueda jugar la pluralidad como acción y como narrativa, de lo que nos diferencia y de lo que nos permite reconocernos como comunidad de sentido (Alvarado, 2008, p. 29).
El papel de la escuela es, entonces, fundamental en el tipo de sujeto político que se va constituyendo, dado que es uno de los escenarios fundamentales en el que los jóvenes van identificando su rol en la sociedad, como derivación quizá del tiempo que permanecen en la misma. Puede sintetizarse este apartado, con las afirmaciones realizadas por Alvarado (2008):
La formación de subjetividades políticas de jóvenes implica la formación de su ciudadanía plena, el crear las oportunidades y condiciones para que los y las jóvenes puedan reconocerse como protagonistas de su propia historia, capaces de pensar, de interactuar con otros en la construcción de proyectos colectivos orientados al bien consensuado, con espíritu crítico y capacidad de autorreflexión para leer su propia historia y la de su realidad (p. 309).
Aspectos claramente identificados en la propuesta y el quehacer pedagógico del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D.
Aportes de la Fundación Fe y Alegría en la formación de sujetos políticos
La fundación Fe y Alegría inicia su trabajo en Colombia en el año 1971 insertándose en los barrios populares, con el fin de brindar educación a niños y jóvenes que no tenían posibilidad de acceder al sistema educativo. Durante su primera etapa de trabajo en Colombia (1971-1983), se dedicó, básicamente, a la expansión de su obra, pero sin vincularse directamente con el Ministerio de Educación, era una propuesta alternativa de educación y capacitación para jóvenes y adultos.
Durante la segunda etapa, (1983-1989), la fundación elabora el primer ideario internacional y en Colombia se firma el convenio con el Ministerio de Educación Nacional, lo que le permite construir una propuesta pedagógica que no se distancie de los lineamientos fundamentales establecidos por la nación, pero que tampoco les aleje de sus fines iniciales.
“A comienzos del año 2012, el Director Ejecutivo Nacional inicia un proceso de reflexión sobre el cambio de partitura” (Fe y Alegría, 2014, p. 13) con el fin de redireccionar la propuesta pedagógica hacia los nuevos escenarios en los que se mueve el país en los momentos coyunturales que se encontraba y, a la vez, responder frente a los retos que le planteaba el mundo contemporáneo al sistema educativo; empero sin perder los ideales de sus orígenes dirigidos a la educación popular. Es así como dentro de esa nueva partitura, se han propuesto unas líneas de acción, que permiten la formación de los jóvenes como sujetos políticos, estas líneas de acción están determinadas por lo que ellos denominan “componentes centrales —pilares— que iluminan el trabajo de Fe y Alegría en Colombia” (Fe y Alegría, 2014, p. 18).
En el segundo Pilar de dicha partitura, denominado Promoción social comunitaria, se hace énfasis en que, en el ámbito educativo, debe permitirse la formación de una “comunidad educativa integrada y corresponsable en la gestión de los proyectos” (Fe y Alegría, 2014, p. 30). Esta gestión no es solo desde las directivas de las instituciones educativas, sino desde sus docentes y, por lo tanto, desde los estudiantes que deben irse formando en el liderazgo y en el análisis y lectura de la realidad, de manera que logren el fortalecimiento del pensamiento crítico para ayudar desde sus capacidades en las transformaciones de su entorno.
[...] para nosotros es fundamental que el proceso sea una cascada, ¿en qué sentido? Que nosotros trabajamos con el niño para darle herramientas como líder la parte más importante es que ellos se conviertan en líderes, esos liderazgos que ellos comienzan a establecer, empiezan a generar acciones de interacción escuela-comunidad por todo el colegio (O. López, comunicación personal, entrevista realizada el 24 de abril de 2017).
Estas son las palabras del coordinador de secundaria cuando describe esa formación en el liderazgo en la institución educativa. La formación es clave en el momento de fortalecer el pensamiento crítico, el líder, necesariamente, debe ser una persona capaz de analizar la realidad, de consolidar grupos que contribuyan con su actuar en la búsqueda de cambios positivos de su entorno y, además, que jamás se queden estáticos frente a las diversas manifestaciones sociales, políticas y culturales de su contexto: ¡que busque cambios!
Siguiendo la línea de formación en el liderazgo, como acción fundamental en la configuración de sujeto político, la participación llega a ser la evidencia de la formación en dicho liderazgo. Es mediante la participación que ese desarrollo del pensamiento crítico se manifiesta de diversas maneras, pero que en Educación Popular cobra un sentido diferente, dado que, precisamente, propende por el empoderamiento de los menos favorecidos; de tal manera que su realidad pueda ser transformada a partir de la intervención de los diferentes agentes que acompañan los procesos educativos.
Desde la mirada de Fe y Alegría:
La participación promueve valores en tres ámbitos: personal, institucional y social. En lo personal, la participación promueve el desarrollo integral de la persona: criticidad, creatividad, solidaridad y compromiso. En lo institucional, ofrece un testimonio coherente que asegura la permanencia de la identidad y unidad de la institución con flexibilidad histórica. Y en lo social, favorece el pluralismo, las instancias de organización social, la capacidad de convocatoria y los vínculos comunitarios (Fe y Alegría, 2014, p. 47).
Para retomar esta cita, en el colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D esos tres ámbitos hacen parte de la formación de líderes. Asimismo, los valores que asumen un compromiso con el entorno son promovidos; hay una organización institucional que promulga la formación y la participación, involucrando, desde diversas perspectivas y estrategias, el entorno social en el que se encuentra la institución.
Para citar un ejemplo, es el apoyo que han recibido los jóvenes de la emisora institucional Nacho Estéreo para la realización de sus actividades, como lo evidencia Leonardo Cruz, estudiante de grado once y director de la emisora:
[...] no solamente nos quedamos en la institución, sino que miramos a ver qué cosas nos están afectando a nosotros como equipo, estamos pendientes de las decisiones que se toman en el equipo directivo, y a ver si se afecta la comunidad o no, porque en el equipo directivo hay salidas comunales. Siempre andamos a la expectativa ya que es un medio de comunicación entonces uno tiende a ser muy chismocito y estar pendiente de las cosas, entonces seguir desarrollando cosas diferentes fuera de la institución (Comunicación personal, entrevista realizada el 25 de abril de 2017).
Existe una continua comunicación que permite, precisamente, que esa participación de los estudiantes esté ligada al proyecto educativo y, a la vez, a los principios de la Educación Popular. Una participación que le permita a los jóvenes salir de la escuela y conocer su contexto y, de esta manera, transformarlo en pequeñas magnitudes; pero se trata de una transformación que genera impacto en la comunidad y que, por lo tanto, ayuda en cierta medida con la solución de problemas que los aquejan.
De la escuela a la calle: el sujeto político en el colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D.
El colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D está ubicado en la localidad de Bosa al suroccidente de la ciudad de Bogotá. Se encuentra rodeado de talleres mecánicos, una que otra tienda y un pequeño parque que, semióticamente, representa para la institución y para la localidad un espacio crucial de empoderamiento y disputa que le ha permitido proyectarse como formadora de sujetos políticos. El acceso a la institución se torna bastante difícil en tiempo de invierno, dado que algunas las calles de acceso no están pavimentadas. La institución cuenta con dos horarios en jornada completa: uno de 7:00 a.m a 3:00 p.m y otro de 12:30 a 6:00pm y los sábados de 7:00 a 12:30.
La gestión académica de la institución tiene un enfoque pedagógico fundamentado en la “educación popular integral y de promoción social” (Fe y Alegría, 2016), sustentado en una pedagogía “para la transformación y no para la adaptación”. Dicha transformación es posible gracias a que la institución se encuentra entronizada en la cultura misma de donde provienen sus estudiantes, hecho que les permite empoderarse para transformar la realidad. Si bien es cierto que los estudiantes llegan a la institución con una cultura previamente adquirida, es la misma institución la que les va formando en el pensamiento crítico de manera que se conviertan en sujetos transformadores de la realidad. Es así como ellos mismos, por dar un ejemplo, han logrado recuperar espacios físicos como la cancha comunal, para que dejara de ser el espacio de reunión de consumidores de droga y se convirtiera en el punto de encuentro de las actividades que los diferentes grupos estudiantiles lideran con los habitantes del sector.
Como institución que trabaja desde el enfoque de la Educación Popular ha optado por la pedagogía socio-crítica, la cual tiene como fundamento el “fomentar las transformaciones sociales dando respuesta a problemas específicos de las comunidades” (Fe y Alegría, 2016), aspecto que se logra mediante la promoción del pensamiento crítico-reflexivo. Dichas transformaciones se han hecho evidentes a partir de las actividades de reflexión crítica en la que los mismos estudiantes convocan a los vecinos a participar, los sábados, en la actividad que denominan Cine Club Memoria, o en la actividad limpiemos el barrio; en esta última, el grupo de estudiantes y docentes convocan a la limpieza y reciclaje del sector.
Esta pedagogía socio-crítica invita a leer la realidad de manera diferente, es decir, a leerla a partir de las problemáticas sociales cercanas y no desde una mirada globalizante del conocimiento, invitando, de esta manera, al rescate de los valores locales, sin negar los valores universales. El colegio ha demostrado que esto si es posible mediante lo que, desde la pedagogía socio-crítica, se denomina la formación de la autoconciencia, la cual está encaminada a la trans formación social.
Otro de los aspectos que le da identidad a la institución es lo que la gran mayoría de instituciones educativas denominan educación integral, pero que en esta institución está implicado en las siguientes acciones: saber, ser, estar, hacer, empoderarse, transformarse, transformar y gozar. Palabras que en el imaginario de muchos podrían ser simplemente teoría sin praxis concreta, pero que en la institución educativa de la que hablamos se visibiliza a partir de las actividades observadas durante las visitas como investigadora: el gozo representado en los grupos musicales (entre otros, el grupo de música de desarrollo comunitario) el teatro y la danza; el empoderamiento que es evidenciado en la emisora escolar y los espacios de reflexión crítica de la realidad que se han convertido en puntos de encuentro, tanto de la institución como de la localidad; el transformarse y transformar a partir del liderazgo juvenil dentro del barrio, liderando campañas de cuidado del entorno, y convocando a la localidad a través del Clan Changó a participar del cine club de reflexión crítica.
Como institución educativa, está organizada en ambientes de aprendizajes que buscan responder tanto a los principios de la Educación Popular como al enfoque pedagógico de la misma.
El primer ambiente es denominado: Potenciando talentos e intereses (PTI), este involucra tanto a docentes como a estudiantes en el descubrimiento de sus potencialidades, de manera que puedan explorarlas al máximo y ponerlas al servicio de las diversas actividades de la institución. Este ambiente permite lo que en pedagogía socio-crítica se conoce como trabajo por la equidad, pues contrario a lo que en muchas instituciones educativas se realiza, los estudiantes no se organizan por cursos de acuerdo a sus edades, sino de acuerdo a sus intereses particulares, lo que ha llevado a la institución pedagógica a un gran reto en torno al fortalecimiento de las capacidades individuales.
El segundo ambiente, y quizá el más importante para esta investigación y, por eso mismo, el más observado, es el de Proyectos Interdisciplinarios con Incidencia Comunitaria (PIIC), este centra sus objetivos en formar a los estudiantes en la capacidad de preguntarse por situaciones complejas y, de la misma manera, trabajar colaborativamente con el contexto en el cual se encuentran insertos. El trabajo de los docentes y de la institución es el de llevarlos a tener acciones de incidencia tanto en el aula como en la institución y la comunidad local; ejemplo de esto es la caminata de las juventudes indignadas, la cual fue dirigida y organizada por los jóvenes de desarrollo comunitario del colegio. Estos jóvenes buscaban incidir en los habitantes de la localidad para que, desde el arreglo mismo de su entorno, se convirtieran en gestores de paz mediante la recuperación de sus propios espacios y territorios.
El tercer ambiente es el de Cualificación de habilidades, conceptos y competencias (Cualificar), en él se desarrollan todas las acciones pedagógicas de la institución. Dentro de estas acciones, en esta investigación se ha realizado especial observación en la formación de los estudiantes en lo que respecta a las habilidades de pensamiento crítico-reflexivo. Esto se puede evidenciar y constatar en los cuadernos de español de diversos grados, en ellos los estudiantes consignan lo que se llama pensamiento crítico y creación literaria; también en las actividades organizadas por la emisora Nacho Estéreo; o en los cineforos organizados por el clan Changó, el periódico mural de Amarú Auca; entre otras tantas actividades. Todas estas acciones van generando identidad y, al mismo tiempo, una concepción de territorio propio que más adelante se convierte en territorialidad de la localidad.
El cuarto ambiente es denominado Formación para la vida en plenitud y la promoción de la cultura de paz (Forviple-CP), este invita a los estudiantes al cuidado de sí mismos, de los demás y de su entorno formándolos en los aspectos: psicosocial, sociolaboral, ciudadano, espiritual desde niños, para ir potencializando líderes al servicio de la comunidad, tal como se viene mostrando a lo largo del texto.
Cada una de las gestiones y los ambientes de aprendizaje han logrado fortalecer la identidad institucional que se proyecta, luego, como identidad local en las acciones que, a continuación, vamos a detallar de manera concreta y que evidencian, desde nuestra mirada, la formación de sujetos políticos.
La realidad, para esta institución educativa, no es algo acabado, no es algo lejano de la escuela misma, ni inalcanzable para los estudiantes. La realidad es objeto de estudio y de transformación. Podemos hablar de una realidad interna que es la que se vive cotidianamente en la escuela, y que va acompañada de todas las subjetividades de los estudiantes, directivos y docentes; esta realidad va de la mano de una formación en el conocimiento, en habilidades, competencias, valores y permite a los estudiantes fortalecer su identidad, pero a la vez lograr identificarse tanto con la cultura personal como la cultura local.
Esa realidad interna, va formando a los miembros de la institución educativa para que, cuando salgan a su contexto, entiendan que no son realidades dispares o alejadas irremediablemente, sino que se complementan y se afectan mutuamente; y es que la escuela se encuentra siempre inmersa en una cultura que no le debe ser ajena al contexto del cual hace parte.
Cuando la escuela logra trascender, salir del espacio cerrado que la cobija y se involucra en la comunidad aledaña, permite que las afectaciones sean visibles y favorezcan los espacios comunitarios, las relaciones sociales y se rompan las barreras con el contexto externo. Analicemos cómo es percibida esta cohesión entre la realidad externa y la realidad interna, en la voz de Ángela Karina, Madre de familia:
[...] Mira, te cuento así la experiencia de un estudiante, un personero que movió muchísimo y sí se tomó su papel, fue a la alcaldía gestionó, habló, logró lo que de pronto a veces el rector solo no puede [...] Este chico luchó mucho ese año para que encerraran, para que pavimentaran las vías de acá de acceso, para que se encerrara porque ellos no tienen una cancha donde jugar, donde hacer deporte [...] este chico, digámoslo así, unió a la comunidad, a su entorno, obviamente se iban a beneficiar todos, se iba a beneficiar el colegio, se iban a beneficiar los vecinos y sus alrededores [...] arreglaron, modificaron las canchas, empezaron a hacer el proyecto, pero no fue completo, entonces estamos con la señora Mercedes nuevamente trabajando en eso (Comunicación personal, entrevista realizada el 9 de mayo de 2017).
Es evidente que, en la gestión del personero, hay un rompimiento con el miedo y la posible apatía que caracteriza a los jóvenes en el imaginario de muchos adultos; se trata de un rompimiento que hace parte de los procesos de socialización política de los que habla Alvarado et al. (2008) en las tramas que constituyen la formación de sujetos políticos.
Desde esta perspectiva, se puede observar que se entrevé una escuela que permite la construcción de subjetividad. En palabras de Berger y Luckmann (2005):
El mundo de la vida cotidiana no solo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones y que está sustentado como real por estos (p. 35).
Es ese mundo de la vida cotidiana el que permite la construcción de subjetividad y que genera identidad en los individuos. El cómo se concibe día a día la vida en la escuela determina la formación de subjetividades, tanto de los estudiantes como de los docentes. Para eso es importante revisar qué es lo prioritario en la formación, tanto para directivas como para docentes; cuál es el nivel de participación de los estudiantes, cuáles actividades tienen más preponderancia que otras, en qué medida el contexto juega un papel primordial en todos los procesos educativos.
Lo prioritario en la formación de subjetividad. En la institución educativa existen tres procesos que emergen del trabajo realizado en los ambientes de aprendizaje: formación de líderes, formación en pensamiento crítico y formación de sujeto político-social. Estos procesos van de la mano con los contenidos del sistema de Calidad de Fe y Alegría: convivencia y ciudadanía, pastoral, enseñanza aprendizaje, gestión y relación escuela- comunidad. La orientación de la escuela no es vertical, es decir, no está en manos de dos o tres personas. En palabras del coordinador de secundaria:
[...] la dirección del colegio no está centrada en una cabeza mayor, que en este caso sería la señora rectora si no que está centrada en el equipo conformado por ocho personas quienes lideramos cada uno de esos procesos. Esas ocho personas están en los estamentos de coordinación pedagógica, y manejamos el proceso de enseñanza- aprendizaje; las orientadoras manejan lo de convivencia y ciudadanía; la trabajadora social que está teniendo un trabajo ya proyectando a la interacción escuela-comunidad; la rectora que maneja el de gestión y la coordinadora de pastoral que maneja el proyecto de pastoral. Eso no significa que nosotros nos concentremos exclusivamente en uno de estos procesos, sino que todos debemos de saber, manejar y articular todos los procesos (Comunicación personal, 24 de abril de 2017).
El no detenerse en uno solo de los procesos, y el hecho de que no exista una centralización en la formación de los estudiantes, evidencia que en esta apuesta pedagógica se privilegian las relaciones horizontales, lo que permite el trabajo colectivo y participativo y, a la vez, la potenciación de acciones políticas tanto de estudiantes como de docentes. Algunas de las evidencias al respecto es la formación de colectivos estudiantiles como resultado de la reflexión a partir del análisis de las realidades más cercanas.
Uno de los colectivos más representativos de la institución es la emisora Nacho Estéreo, fundada en el año 2013, como resultado de la misma formación en el pensamiento crítico recibida por los estudiantes, en una evidencia de la insatisfacción que producía el saber que la emisora no estaba cumpliendo más papel que el de escuchar música, pero que en nada contribuía a la formación política y social que los jóvenes buscaban. En palabras de Camilo, exalumno fundador de la emisora:
Bueno, la emisora nace en el 2013. Normalmente la emisora en el colegio era un proceso de estudiantes que tenían que cumplir con el servicio social, entonces lo que hacían ellos era sentarse en las horas del descanso y poner música, eso era todo por eso les sumaban horas. En el 2013 surge el paro agrario nacional más o menos en agosto; allí unos compañeros estaban trabajando en una fundación, la fundación arcoíris, hablaban temas de conflicto, trabajaban con desplazados y con víctimas, y a partir de esa experiencia fue la motivación para crear el proyecto de nosotros. El objetivo principal es la desinformación que a veces encontrábamos, sabíamos que la emisora podría ser una posible solución, para entender ese tipo de problema, entonces, los estudiantes se movilizaron, incluso trajeron ruanas como para homenajear ese tipo de cosas; pero notamos que cuando pasaban a hablar entonces había ciertas cosas de desinformación, entonces dijimos bueno vamos a implementar la emisora como una posible solución para que ellos sepan lo que está pasando, para que nosotros les contemos qué hay desde diferentes fuentes, que no se queden con una sola fuente de lo que les muestran los medios de comunicación tradicionales, sino que vean que hay diferentes visiones, eso fue lo que nos motivó (Comunicación personal, entrevista realizada el 25 de abril de 2017).
El apoyo de la institución y la formación recibida, ha permitido que la emisora siga siendo un puente de comunicación entre la escuela y la localidad en la cual se encuentra inmersa la institución.
La participación de los jóvenes como garantía de formación de sujetos políticos. Uno de los aspectos que sobresale en la institución educativa, que es objeto de este estudio, es la posibilidad de escucha que tienen los jóvenes, hecho que les ha permitido ser propositivos y participar, desde sus iniciativas, en actividades que fortalecen el desarrollo crítico y la posibilidad de liderar procesos, tanto en la institución como en su entorno más cercano.
Uno de los ejemplos es el Clan Changó, un grupo cultural que surgió en el año 2014 como resultado de las discusiones en clase de sociales, en las que las intenciones del docente eran despertar en los estudiantes una actitud crítica frente a los problemas de su tiempo:
El proyecto en particular nació de la necesidad de los muchachos, nació de que de pronto en la intensidad horaria no había espacio para discutir algunos temas que eran de relevancia. Razón por la cual buscamos un espacio alterno para mirar esas discusiones y aparte de eso pues había un interés particular en el arte y el arte fue como ese vehículo para empezar a dar esas discusiones; el arte fue como ese elemento que permitía que los estudiantes expresaran lo que opinan del contexto y aparte de eso había intereses particulares de no solo hablar sino de empezar a hacer. El interés no era solo criticar, sino que la crítica llevara a hacer algo, empezamos a trabajar el grafiti, el cineclub, la formación política, los nexos con otras organizaciones sociales (C. Rubio, comunicación personal, entrevista realizada el 2 de mayo de 2017).
El clan ha logrado convocar a la comunidad en actividades como la recuperación de espacios públicos, el parque aledaño al colegio y todos los sectores del barrio donde se acumulaba basura, lo que ellos denominaron “Caminata de las juventudes indignadas”, realizada en el año 2016, en la cual lograron tener una respuesta positiva a la convocatoria para la limpieza del sector, la siembra de árboles, o en el presente año en el que se viene realizando el cine club-memoria los días sábados con el fin de que los habitantes de la localidad puedan participar en espacios de disertación social, política y local.
Las iniciativas de los estudiantes están siempre orientadas desde la academia, pero a la vez desde las necesidades que ellos observan en su sector. El apoyo y la apertura institucional han sido fundamentales en ese proceso de participación, sin establecer requerimientos para la pertenencia a los grupos, aunque el liderazgo y la mayoría de la participación está en manos de los estudiantes de los últimos grados, quienes en su quehacer van generando motivaciones en los que vienen más atrás; esto explica por qué no se han disuelto estos tres grupos.
La alternatividad pedagógica no se da en estas situaciones solo en el aula de clase, sino en la forma como la participación pasa a ser parte de la identidad estudiantil y cómo esa participación se proyecta de manera que se convierta en espacios de reflexión y pequeñas transformaciones. A pesar de que el aula de clase es tan común como la mayoría de aulas escolares de un colegio tradicional (pues debido a la gran cantidad de estudiantes y sus condiciones socio culturales, y la sujeción de la institución a políticas distritales de educación), se ha logrado fortalecer un proyecto pedagógico que responde a los ideales éticos y políticos de Fe y Alegría y, por lo tanto, a los principios de la Educación Popular.
La revisión de cuadernos de los niños de la básica primaria, ha evidenciado una línea académica de fortalecimiento del pensamiento crítico, una libertad en la escritura que les permite expresarse desde sus propias vivencias. Las actividades en las que la lectura se convierte en espacio de compartir los propios gustos y las experiencias literarias (“La lectura te da alas”), también evidencia que hay otros niveles de participación que no necesariamente se hacen visibles fuera de la escuela o en actividades denominadas “extracurriculares”, es el ejercicio de la palabra, lo que posibilita en gran medida niveles de participación.
En el año 2016, se creó el grupo Amaru Auca, pareciera que los estudiantes no estuvieran jamás satisfechos con lo que hacen y ávidos de poder mostrar todo lo que les inquieta de su realidad, apuestan a posibilidades diferentes, no en actividades sin piso y pasajeras, sino previamente fundamentadas. Cuenta Laura, líder del grupo:
Amaru trabaja los medios visuales, entonces tenemos el periódico mural, está la página en Facebook, estamos tratando que el grupo tenga más fuerza. Este año se hizo, se integró a más estudiantes porque la idea surgió en la jornada de la tarde y ya los estudiantes se graduaron, entonces son muy pocos los que tienen la oportunidad de venir a las reuniones del grupo y todo el cuento, pero entonces como ya hay más estudiantes, el grupo está empezando a mostrar su imagen, a darse a conocer; la idea surgió como decía del querer expresarnos y mostrar mi punto de vista y saber las perspectivas que tienen las otras personas y de ahí fue que surgió la idea (Comunicación personal, entrevista realizada el 27 de abril de 2017).
En el caso de este grupo, el acompañamiento es del docente de tecnología, lo que deja ver que no es solamente desde las humanidades donde se desarrolla el pensamiento crítico, no es estatuto de exclusividad, es un ejercicio transversal y en eso se forman los docentes de la institución; de ahí, la importancia de formar a aquellos que provienen de colegios con educación tradicional, no tanto en el ejercicio dentro del aula, sino en las competencias que transversan el currículo y que hacen parte de la identidad de la educación popular; reto que ha asumido la institución, sobre todo teniendo en cuenta que es un colegio en Administración de la Secretaría de Educación de Bogotá y que, por lo tanto, debe regirse por las políticas de la Secretaría de Educación, pero a la vez mantener vigentes los pilares de la Educación Popular.
Conclusiones
Se puede afirmar que en el Colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D los dos procesos, formación en pensamiento crítico y formación de sujeto político social, van atados a la formación de líderes, pues una de las características esenciales del sujeto político es la capacidad de liderazgo. Aunque en la institución aparezca como un proceso más, y parezca atrevido entrar a cuestionar los procesos internos, un líder requiere de competencias particulares, que en el caso de la educación popular se evidencian en el desarrollo del pensamiento crítico y la formación de sujetos políticos capaces de transformar la realidad.
Además, podemos también afirmar que la apuesta por la alternatividad en una institución educativa de las características del colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D, es una apuesta que rompe con los esquemas que ofrece la educación tradicional y que tiene mérito especial, si se tiene en cuenta que no es una institución privada y que, por lo tanto, se le presentan limitantes por lo que se le exige legalmente para funcionar como entidad educativa. Sin embargo, debido a la misma importancia que ha adquirido la fundación por los procesos llevados a cabo en el país en sectores populares, ha logrado tener bastante autonomía y ha podido mantener su propuesta pedagógica desde la filosofía de la Educación Popular.
Es evidente que la escuela, en sí misma, forma sujetos políticos, es decir, no es exclusividad de unas instituciones nada más. Sin embargo, esa formación se ve limitada cuando la escuela se preocupa más por la formación en el desarrollo de capacidades intelectuales, que en el desarrollo de competencias para la vida y, de manera más específica, para la vida en comunidad; en otras palabras, para la acción política.
Cuando una escuela asume la alternatividad pedagógica como una propuesta diferente y busca formar individuos con características particulares, que enfrenten el mundo con herramientas diferentes, logra un sujeto político más crítico de la realidad, pues aprende a discernir, desde las competencias adquiridas, otras posturas políticas, sociales o culturales. Esto no significa que la escuela tradicional no forme sujetos políticos con estas características, pero sí que cuando los niveles de participación son mayores y menos coaccionados, la mirada del mundo, de los contextos sociales, necesariamente, es una mirada transformadora de la realidad más inmediata, ya que es la primera que requiere cambios y no otras realidades que le son ajenas.
La alternatividad en la Educación popular y por lo tanto en el colegio Fe y Alegría San Ignacio I.E.D es clara en el énfasis en competencias que llevan a que el centro sea la persona y no el conocimiento. Actualmente, la institución se encuentra en reestructuración de todo su Proyecto Educativo, por eso se habla de una licitación y dentro de sus propuestas (que desde este año se están implementando) están el rompimiento del esquema de salón, el fortalecimiento del trabajo en el gozo que permite el descubrimiento de talentos y que, además, se convierte en un ambiente de aprendizaje.
Otro aspecto que resalta la alternatividad en el colegio es considerar como uno de los principios del sistema de calidad el programa de desarrollo comunitario, en el que se involucra a la gente del sector, como bien lo pudimos evidenciar en las actividades de los grupos liderados por los estudiantes.
La alternatividad se evidencia de manera más clara en ese salir a la calle, romper la barrera entre escuela y barrio y apostarle a la posibilidad de que la academia permita formar individuos con capacidad propositiva, pero además de formarlos, acompañarlos en el proceso de liderazgo de manera que el discurso no se quede solamente en el papel, sino que trascienda las aulas e impregne de compromiso social y político frente al contexto en el cual se ha entronizado.
Referencias
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- Nacho Estéreo. (12 de agosto de 2017). Caminata por la identidad y el desarrollo. [Publicación en Facebook]. Recuperado de: https://www.facebook.com/NachoEstereo/photos/a.310103585852806.1073741859.165517053644794/720591218137372/?type=3&theater
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