Libro de Investigación
Jesucristo nos llama
La resurrección como acto de fe
Jesus Christ is Calling
The Resurrection as an Act of Faith
https://doi.org/10.28970/9789585498358
Prólogo / Prologue
La resurrección es un acontecimiento que se ve con los ojos interiores o espirituales y, por tanto, se vive desde la fe. Esta es la convicción del autor de la obra que ahora se está presentando al públiCo Así, en el Nuevo Testamento, la fe en la resurrección de Jesucristo no se expresa como detallando históricamente diversos sucesos, en cuanto este no se interesa por reconstruir históricamente cómo surgió la fe en la resurrección. Lo que sí interesa es el significado existencial de la muerte de Cristo como causa de salvación para la humanidad, sin olvidar jamás que de ella brota la vida nueva, como lo testimonia la primitiva comunidad cristiana. De esta manera, en la resurrección de Jesucristo, Dios ha arrebatado del dominio de la muerte al que murió en la Cruz y ‘‘fue sepultado’’, y lo ha levantado al poder y a la gloria de la vida conferida por Dios, que es la vida por excelencia. La resurrección de Jesucristo es la subida al poder de la Vida de Dios, para ser convertido en fuente de vida nueva para la humanidad. Esta proclamación será la propuesta que el autor de la obra ofrecerá para afrontar la grave crisis de fe que se está dando en este mundo posmoderno.
No se puede ignorar la crisis, si es que se puede hablar así, por la cual está pasando la Iglesia Católica en todos sus niveles, desde la óptica de la fe: hay desencanto, deserción y apostasía, tanto en el clero como en muchos laicos. Sólo basta señalar no muy pocos sacerdotes, religiosos y religiosas que se han retirado del ejercicio de su ministerio y votos voluntariamente, otros que han sido expulsados por sus escándalos públicos, y ni pensar de la gran cantidad de creyentes que se han retirado de la Iglesia para engrosar las filas de otras corrientes y distintos movimientos religiosos. Mirando la realidad nacional y mundial, los que detentan el poder aparecen señalados como corruptos inescrupulosos y sin ningún compromiso social con el pueblo, a pesar de confesar su fe católica; sus incoherencias son motivo de escándalo y de desánimo para muchos débiles en la fe.
Esta realidad social y religiosa ha llevado al autor del presente trabajo a orar, reflexionar y meditar e investigar, buscando la raíz profunda de tal situación, con el ánimo de contribuir con su granito de arena para direccionar cualquier acción que pretenda brindar un aporte a la solución de la crisis de fe tan aguda que se está dando en el seno de nuestra Madre, la Santa Iglesia Católica.
De manera sencilla e inteligible, presenta un marco doctrinal, entresacado de la Sagrada Escritura, la Sagrada Tradición y las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, que lleva al lector a replantear su fe y decidirse por la propuesta que le hace el autor de la obra, porque le ofrece elementos que sí le permiten fundamentar con solidez su experiencia religiosa, si quiere lanzarse a vivir su existencia auténticamente, al lado de sus hermanos en la misma fe.
Sin mucha dificultad, el autor, a partir de los argumentos doctrinales y también con la ayuda del pensamiento de algunos teólogos actuales católicos y no católicos, llega al punto de partida desde el cual todos los creyentes podrán construir su edificio espiritual. Este sería el encuentro personal con Jesucristo muerto y resucitado. Verdad que nos ha recordado la Iglesia, de manera particular el Papa Juan Pablo II, y que los Papas Benedicto XVI y Francisco nos han urgido llevar a cabo por medio del ejemplo y de un anuncio claro del núcleo de la fe católica: nuestro Padre Dios ha entregado a su único hijo al mundo para que todos los hombres y mujeres, sin excepción alguna, encontremos en Él la vida eterna (Jn 10, 10).
Llegado a este punto, el autor hace ver la necesidad que tiene Cristo de fundar su Iglesia para presentarla como instrumento de salvación –como lo enseña el Concilio Vaticano II–, quien por obra del Espíritu Santo y por medio de los sacramentos, anuncia, celebra y ofrece a los hombres, y en nombre de su Salvador y Señor, la vida divina, cuya fuente es precisamente el misterio Pascual de Jesucristo, como nos enseña el Magisterio de la Iglesia.
Finalmente, el autor desemboca en cuestiones prácticas que guiarán la vida del creyente por el hecho de haber dado el paso, con la opción fundamental que él debe hacer por la persona de Jesucristo y su Iglesia. A partir de acá, el lector podrá tomar aquellos elementos que el autor ofrece para ser asumidos personalmente, haciendo suyo el Misterio Pascual que debe tener en cuenta a la hora de llevar a la práctica su fe.
Se presenta de esta manera una obra de carácter teológico-pastoral que amerita ser conocida en este momento histórico para que ayude a direccionar la práctica cristiana desde Cristo y para Cristo, como lo pide el Evangelio.
OAR