Capítulo 3
Factores determinantes del desarrollo de competencias financieras en los futuros profesionales de administración de empresas de universidades colombianas
Determining Factors for the Development of Financial Skills in Future Professionals in Business Administration from Colombian Universities
Jorge Eliécer Gaitán Méndez
Diana Patricia Velásquez Castillo
Yeimi Viviana Marín Chaves
Andrés Rocha Alfonso
Yeimy Katherine Serrano
Recibido:Septiembre 2018 Aprobado: Diciembre 2019
Cómo citar en APA / How to cite in APA
Gaitán-Méndez, J. E., Velázquez-Castillo, D. P.,
Marín-Chaves, Y. V., Rocha-Alfonso,
A. y Serrano, Y. K. (2020). Factores determinantes del
desarrollo de competencias
financieras en los futuros profesionales de administración
de empresas de universidades colombianas. En
García-Castiblanco, C. P. (ed.). Ensayos de investigación en
comercio y finanzas (pp. 111-134). Bogotá: Editorial
Uniagustiniana.
Resumen
Este trabajo se propone identificar los factores sociales,
económicos y educativos que afectan las
competencias financieras en los futuros profesionales de la
carrera de Administración de Empresas que ofertan las
universidades colombianas
(Instituciones de Educación Superior, ies). Para tal
efecto, se tomaron los resultados obtenidos en el
módulo de la competencia específica de gestión
financiera de las pruebas Saber Pro, aplicadas a
los estudiantes en 2016. Para ello se contó con la
información suministrada por el Instituto Colombiano para el
Fomento de la Educación Superior
(Icfes). El análisis de los datos se llevó a cabo a través de un
modelo jerárquico de dos niveles, que
toma como primer nivel las variables individuo,
género y edad. Para el segundo nivel, se recopilaron las
variables institucionales, universidades
acreditadas, programas acreditados y modalidad
de estudio. En definitiva, se encontró que existía
diferencia en los puntajes promedios entre las instituciones.
Además, se hizo relevante la contribución directa en las
variables de segundo nivel y de
género; mientras que la relación entre la variable
edad y el puntaje es inverso.
Palabras clave: competencias financieras, Saber Pro,
instituciones de educación superior, profesionales
en Administración de Empresas.
Abstract
This chapter aims to identify the social, economic, and
educational factors that affect the financial
skills of future professionals in Business Administration
programs offered by Colombian universities.
For this purpose, we studied the results obtained
in the specific financial management skill module
of the Saber Pro tests applied to students in 2016,
using the information provided by the Colombian Institute
for the Promotion of Higher Education (Icfes). Data analysis
was carried out through
a two-level hierarchical model, which considered
individual gender and age variables as the first
analysis level. For the second level, the institutional
variable, accredited universities, accredited programs, and
study modality were collected. In short,
a difference in the average scores among the studied
institutions was observed. In addition, the direct
relationship among second-level variables and
gender became relevant, whereas the relationship
between age and scores turned out to be inverse.
Keywords: Financial skills, Saber Pro, Higher
Education Institutions, professionals in Business
Administration.
Sobre los autores | About the authors
Jorge Eliécer Gaitán Méndez [jorge.gaitan@uniagustiniana.edu.co]
Economista, Universidad de La Salle. Magíster en Administración de Empresas, Universidad del Mar, Chile. Candidato a Doctor en Economía, Swiss Management Center University, Suiza. Docente del programa de Administración de Empresas, Uniagustiniana, Bogotá, Colombia.
Diana Patricia Velásquez Castillo [diana.velasquez@uniagustiniana.edu.co]
Economista, Universidad Autónoma de Occidente. Magíster en Educación, Pontificia Universidad Javeriana. Docente de los programas de Administración de Empresas y Negocios Internacionales, Uniagustiniana, Bogotá, Colombia.
Yeimi Viviana Marín Chaves [yeimy.marinch@uniagustiniana.edu.co]
Administradora de Empresas, Universidad de La Salle. Magíster en Sistemas Integrados de Gestión, Universidad de La Rioja. Docente del programa de Administración de Empresas, Uniagustiniana, Bogotá, Colombia.
Andrés Rocha Alfonso [andres.rocha@uniagustiniana.edu.co]
Administrador de Empresas, Universidad Cooperativa de Colombia. Magíster en Administración de Empresas Universidad Viña del Mar, Chile. Docente del programa de Administración de Empresas, Uniagustiniana, Bogotá, Colombia.
Yeimy Katherine Serrano [yeimmy.serrano@uniagustiniana.edu.co] Licenciada en Educación Básica con énfasis en Matemáticas, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Especialista en Estadística, Universidad Nacional de Colombia. Docente del Departamento de Ciencias Básicas, Uniagustiniana, Bogotá, Colombia.
Introducción
El entorno laboral en el que se desempeñan los profesionales
de la
carrera de Administración de Empresas se hace cada día más
exigente, debido a fenómenos tan diversos como la
globalización, el
cambio climático, el conflicto en el Oriente Medio entre
otros. Así,
los giros políticos y económicos inesperados en diferentes
latitudes del planeta hacen necesario que las empresas se
ajusten rápidamente a las nuevas situaciones, de ahí que sea
imprescindible
la contratación de profesionales competentes en diferentes
áreas
funcionales de las organizaciones, entre ellas la
financiera. Esta
es sin duda, crucial en el engranaje de cualquier empresa,
pues su
papel consiste en gestionar los recursos necesarios para el
buen
desempeño de las demás dependencias y, en consecuencia, de
la
organización en general. Así, desempeña una gestión
gerencial que
garantiza la viabilidad y sustentabilidad de los recursos de
una institución al concebir una planeación estratégica (es
decir, con una
proyección a escenarios futuros), a través de decisiones que
responden a la dinámica de los factores externos e internos
en los que
se desenvuelven las organizaciones.
En este capítulo se identifican los factores que inciden en
el desarrollo de las competencias en el área de gestión
financiera de los
estudiantes de Administración de Empresas, de las
universidades
colombianas. Dicho análisis se efectúa a partir de un modelo
jerárquico lineal de los resultados en el módulo de gestión
financiera de
las pruebas Saber Pro, presentadas durante el año 2016.
Gracias a
que la información se encuentra disponible en la base de
datos del
Icfes se puede determinar el conjunto de variables que
favorecen el
buen desempeño de la población objeto de estudio en los
mencionados exámenes.
A modo de contextualización
Para definir las competencias profesionales se ha tomado como fuente principal el proyecto Tuning (2007), que si bien fue planteado en 1999 para la Unión Europea, posteriormente fue adoptado en América Latina. Este documento hace distinción entre competencias genéricas y específicas para cada área del conocimiento; en el caso de la carrera de Administración de Empresas, los autores Daza, Charris y Viloria (2015) logran identificar 27 competencias genéricas y 20 específicas. En la literatura disponible es posible encontrar varias definiciones del término “competencia” y los conceptos asociados “competencias genéricas” y “competencias específicas”. Sin embargo, para esta investigación se tomaron los asertos que al respecto hace el proyecto Tuning, como se mencionó antes. Así las cosas, se entiende por competencia: “una combinación dinámica de conocimiento, comprensión, capacidades y habilidades” (Tuning, 2007, p. 37). En este sentido, el término competencia implica la combinación de tres elementos: el saber, el saber hacer y el ser persona.
Competencias genéricas
Asimismo, el documento define las competencias genéricas como aquellas que “identifican los elementos compartidos, comunes a cualquier titulación, tales como la capacidad de aprender, de tomar decisiones, de diseñar proyectos, las habilidades interpersonales, etc.” (p. 37). A partir de esta acepción, se detallan 27 competencias genéricas para América Latina, como se evidencia en la tabla 1.
Competencias específicas
Retomando el documento del proyecto Tuning, comprobamos que establece que las competencias genéricas se complementan con las competencias específicas, pues estas están “relacionadas con cada área de estudio, [son] cruciales para cualquier título, y referidas a la especificidad propia de un campo de estudio” (p. 37). Sumado a lo anterior, la primera fase del proyecto para América latina definió competencias específicas para doce carreras profesionales: Administración de Empresas, Arquitectura, Derecho, Educación, Enfermería, Física, Geología, Historia, Ingeniería Civil, Matemáticas, Medicina y Química. Dado el objetivo de este estudio, es importante enlistar (tabla 2) las competencias específicas correspondientes a la carrera de Administración de Empresas.
Fuente: adaptada de El proyecto Tuning (2007).
Fuente: adaptada de El proyecto Tuning (2007).
Competencias financieras
Las competencias generales en el área financiera se basan en
parámetros indispensables como la habilidad de establecer
actividades
pertinentes en un tiempo limitado de ejecución, utilizando
un presupuesto acorde a la situación de la empresa. Después
de presentar
una propuesta bajo dichos parámetros, surge otro tipo de
preguntas que son obvias para un inversionista y que el
profesional en
administración debe resolver. Preguntas sobre el tiempo de
recuperación del capital, los riesgos que se generan en el
ejercicio de la
actividad económica y la gestión financiera son
fundamentales para anticiparse a cualquier factor que genere
incertidumbre y alarma
para la organización. En consecuencia, la labor del
administrador
implica metodologías y herramientas para obtener la
información
necesaria que permita establecer posibles escenarios (desde
los
más optimistas a los más pesimistas). Es decir, puede tomar
decisiones sostenidas en un argumento metodológico que
minimiza el
riesgo de perder o disminuir un capital de trabajo.
Por lo mismo, es importante que los profesionales en estas
áreas y
desde luego en la formación de otras disciplinas cuenten con
competencias financieras que les permitan tomar decisiones
con relación a su bienestar y calidad de vida; a partir del
uso adecuado de
sus recursos disponibles, cualquier persona estaría en
capacidad
de definir estrategias para interactuar de manera pertinente
en el
sistema financiero y económico.
En esta medida, resulta interesante hacer un análisis de las
competencias financieras desde el entorno mismo en que ellas
se empiezan a gestar. En Colombia, tal entorno está
constituido por una
amplia gama de entidades de educación superior.
Modelo jerárquico lineal
Entre las técnicas de análisis estadístico para variables
cuantitativas se incluyen los modelos de regresión, en los
cuales se plantea una ecuación que modela el comportamiento
de una variable
independiente en función de uno o más regresores. En el caso
de
una variable explicativa, se considera un modelo de
regresión simple; si se incluye más de una variable, este es
un modelo de regresión múltiple. De este modo, una de las
características de los
modelos de regresión clásicos es el requisito de que las
variables
que se involucren deben ser incorreladas; con lo cual, los
valores
de una no puedan estar determinados por otras. En este
sentido,
existen limitantes para este tipo de modelos debido a la
estructura
del contexto del cual han sido recogidos los datos, pues
hace que
exista dependencia entre la misma. Frente a esto, se
presentan los
modelos jerárquicos lineales (también conocidos como
multinivel o anidados) como una ampliación de los modelos de
regresión clásicos, pues en el modelo jerárquico se tiene en
cuenta la estructura
de niveles que incluye la relación entre las variables y el
contexto.
De esta manera, es posible eliminar la condición de
independencia
de los modelos clásicos (Iñíguez y Marcaletti, 2018, p.
3).
Debemos recordar que la metodología lineal tuvo sus inicios
en la
década del setenta, con la publicación de varios estudios
que llevaban consigo una estructura de niveles. Es en 1972
cuando Lindley
y Smith publicaron un estudio en el que se incluía una
estructura
jerárquica, según se cita en Bryk y Raudenbush (1992). A
pesar de
los intentos por incursionar en este campo, las
investigaciones al
respecto se limitaron por el déficit en los desarrollos
tecnológicos
de la época. Más tarde, en 1981, se retoma la estructura
multinivel,
gracias a los trabajos teóricos realizados por Dempster,
Rubin y
Tsutakawa. En resumen, a partir de este momento se
incrementa
el interés de los investigadores por aplicar esta
metodología a sus
estudios, de ahí surge un nuevo campo de investigación en
torno a
las Escuelas Eficaces.
Para retomar los modelos jerárquicos, se puede decir que los
niveles o subniveles de cada categoría están representados
por su propio modelo, este a su vez constituye un modelo
general. En otros
términos, en cada nivel se establecen relaciones entre
variables
propias de esa jerarquía y su aporte en otras jerarquías.
Tal como lo
expresa De la Cruz (2008, p. 245), “el modelo de regresión
multinivel completo asume que hay un conjunto de datos
jerárquicos, con
una sola variable dependiente que es medida en el nivel más
bajo y
variables explicativas que existen en todos los niveles.
Conceptualmente el modelo puede ser visto como un sistema
jerárquico de
ecuaciones de regresión”.
Estudios precedentes
En la literatura revisada, no se encontró ninguna
investigación acerca de las competencias financieras
desarrolladas o adquiridas por
los estudiantes de los programas de Administración de
Empresas que ofertan las universidades colombianas. Sin
embargo, se han
encontrado algunos estudios relacionados a las competencias
genéricas, competencias específicas y, gestión financiera y
educación financiera.
En el artículo, “Prácticas de evaluación financiera de
inversiones
en Colombia” (Vecino, Rojas y Muñoz, 2015), los autores
identifican
la gestión financiera al caracterizar los criterios y
prácticas para
la evaluación de inversiones en empresas que operan en
Colombia. Este estudio se basó en la opinión de trecientas
empresas y se
determinó que al valorar un proyecto se le da importancia al
Valor
Presente Neto (vpn) y a la Tasa Interna de Retorno (tir). A
su vez, se
relega a un segundo plano la estimación del valor creado por
cada
unidad monetaria invertida. Otro resultado es la poca
capacidad
técnica que tienen las empresas pequeñas comparadas con las
medianas o grandes organizaciones.
Existe evidencia de la elaboración de instrumentos para
evaluar
las competencias básicas en economía y finanzas. Un ejemplo
lo
constituyen Mónica Vargas y Bertha Avendaño (2014) quienes,
en
“Diseño y análisis psicométrico de un instrumento que evalúa
competencias básicas en Economía y Finanzas: una
contribución a la
educación para el consumo”, realizaron un estudio de tipo
instrumental. El análisis se ejecutó mediante la teoría de
respuesta al ítem
(tri, por su sigla en inglés), que genera un desglose de
diferencias
entre grupos, también correlaciones entre los puntajes
totales de
la prueba y las variables sociodemográficas y de
comportamiento
económico. Posteriormente, se desarrolló el estudio
psicométrico
del instrumento bajo el modelo de Rasch que estableció el
nivel de
competencias básicas en economía y finanzas de la población
objeto del estudio. Por consiguiente, expertos valoraron y
determinaron
que el instrumento incluye los temas básicos que debe
evaluar y es
promisorio al corroborar varios de los hallazgos descritos.
Gracias
a estos resultados se sugiere que la evaluación de
competencias en
economía y finanzas posiblemente incluye elementos que
normalmente no son abordados en cursos enfocados o
relacionados con
estas áreas.
Por otro lado, Martha Beatriz Delgado Ramírez (2013) efectúo
una
investigación sobre la utilidad de los exámenes Saber Pro.
Este estudio establece que la prueba es un examen
estandarizado y que
su finalidad consiste en que las universidades propendan por
la
formulación de currículos centrados en el aprendizaje y
desarrollo
de competencias para que el alumno pueda desempeñarse en un
campo particular del conocimiento. La autora resalta la
importancia de que los resultados de estas pruebas sirvan de
insumo para los
procesos de autoevaluación y autorregulación de las
universidades.
Hay que mencionar, además, la investigación “Impacto de las
facultades de medicina y de los estudiantes sobre los
resultados en la
prueba nacional de calidad de la educación superior (Saber
Pro)”, de
los autores Gil, Rodríguez, Sepúlveda, Rondón y Gómez. Este
trabajo ofrece un interesante análisis a través de un modelo
jerárquico,
que muestra factores propios de la institución y del
contexto del
estudiante que inciden en los resultados obtenidos en la
prueba.
Algunos de los factores que abarcan con respecto a las
universidades son: origen de la institución (pública vs.
privada), cantidad
de grupos de investigación reconocidos por Colciencias
(categorías
A1, A y B), oferta de programas de especialización y si
cuentan o no
con hospital universitario propio. No obstante, no cuentan
con datos importantes de los estudiantes porque no son
recolectados en
los formularios de inscripción de las pruebas Saber Pro. Los
datos
faltantes podrían explicar las diferencias en los puntajes
del examen. Por ejemplo, no es posible determinar el impacto
que puedan
tener la educación primaria y media en los alumnos que
presentan
la prueba. Dado lo anterior, es obvio que el desempeño en
las pruebas Saber Pro depende de muchas otras variables que
no fueron
incluidas en su estudio. A pesar de esto, se estableció otro
aspecto
relevante: en el área médica se denota un mejor desempeño de
las
universidades públicas, relacionado con el estrato
socioeconómico
del estudiante.
Cabe señalar otro artículo importante: “Determinantes e
impactos de alfabetización financiera en Camboya y Vietnam”
(Morgan y Trinh, 2017). Esta indagación destaca la
incidencia de la educación
financiera en la toma de decisiones asertivas, cuando se
realiza una
planeación financiera. Para este fin se tomó como población
objeto de la investigación a 2 035 personas en Camboya y
Vietnam. En
el primer escenario se realizaron 1 035 encuestas y en el
segundo
1 000. El foco se centró en adultos divididos en dos
categorías: la
primera delimitada según su edad, nivel educativo, género,
ingresos y ocupación. La segunda categoría establecía la
incidencia del
conocimiento financiero en el manejo del ahorro y la
proyección
de la jubilación.
La investigación mencionada se sustenta en la indagación de
antecedentes literarios que identifican otras variables al
momento de
analizar: conceptos, actitudes, comportamiento y experiencia
financieros. De ahí que los principales hallazgos señalen
que a mayor
edad la formación financiera tiene menor importancia.
También
incide el género, ya que el conocimiento financiero cobra
mayor
importancia entre la población masculina. Además, hay una
correlación entre la alfabetización financiera y el promedio
del Producto
Interno Bruto (pib) de cada país. Se deduce que la situación
laboral
es determinante en el conocimiento financiero, los mejores
resultados los presentaron las personas que tienen una
ocupación salarial. Por último, el análisis concluye que la
población urbana tiene
mayor manejo de los temas financieros que la población
rural.
En el transcurso de la investigación se encontraron
antecedentes que permiten conocer e interpretar las
metodologías que se
han utilizado para analizar las competencias. Del mismo
modo,
se evidencia cómo se jerarquizan y ponderan estas. Es el
caso de
Blázquez y Pereti (2012), quienes presentan una herramienta
denominada hexágono de imagen que, junto con la herramienta
de los
hexágonos de utilidad-rentabilidad, pretende servir de
soporte a la
gestión de la sustentabilidad, en pos de lograr un
equilibrio dinámico entre los aspectos rentabilidad e
imagen.
De modo similar, Ansong y Gyensare (2012), en su estudio
denominado “Determinants of Working-students Financial
Literacy at the University of Cape Coast, Ghana”
establecieron determinantes
de la alfabetización financiera frente a algunas
características demográficas de los estudiantes; así,
proponen una investigación correlacional entre diferentes
variables. La investigación tuvo como
población objetivo doscientos cincuenta estudiantes de
pregrado
y postgrado de la Universidad de Cape Coast, en Ghana y sus
conclusiones más importantes fueron que el nivel de estudio,
la ubicación del trabajo, la educación del padre, el acceso
a los medios
de comunicación y la educación sobre el dinero no estaban
significativamente correlacionados con la alfabetización
financiera. No
obstante, se determinó que la edad, la experiencia y la
educación de
la madre sí se correlacionaban de manera positiva con la
alfabetización financiera de los estudiantes.
De manera análoga, en Ucrania se llevó a cabo de un estudio
sobre
la alfabetización financiera y el comportamiento de ahorro,
utilizando como insumo los datos de la encuesta nacional de
alfabetización financiera y concienciación en Ucrania
realizada por Finrep
y Usaid en 2010. Su conclusión fue que los factores más
relevantes
en la alfabetización financiera de éste país son: el nivel
de educación, el género, la ocupación, la región y la
riqueza. Por otro lado,
entre las variables que son indiferentes frente a la
alfabetización
financiera se tiene la edad y el área de residencia. Otro de
los resultados que se debe resaltar de este estudio es que
la alfabetización
financiera no tiene un impacto directo en el comportamiento
de
ahorro, aunque sí podría tener un impacto indirecto al
influir en el
ahorro como factor de riqueza de la población objeto del
estudio
(Kharchenko, 2011, p. 39).
La investigadora Angela Murphy (2005) adelantó un estudio
exploratorio en una universidad del sureste de Estados
Unidos, cuyos
resultados fueron plasmados en el artículo “Money, money,
money:
an Exploratory Study on the Financial Literacy of Black
College
Students”. En este, Murphy analiza 277 encuestas realizadas
a estudiantes de pregrado (de una universidad con predominio
de alumnos de raza negra). Su estudio se centra en la
influencia de factores sociodemográficos como la edad, el
género, la raza y el nivel educativo de sus padres frente a
la alfabetización financiera. El cuestionario consistía en
diez preguntas extraídas del contenido de un
módulo de alfabetización financiera orientado en la
universidad. En
sus conclusiones se resalta que la raza sí tuvo una
influencia, pues
los estudiantes que no son de color demostraron un
conocimiento
más preciso que los de raza de color. Conforme a los
resultados, se
estableció que los alumnos de carreras enfocados al área de
negocios tienen más conocimiento que los de otras áreas. Al
igual que
en estudios mencionados anteriormente, el presente escrito
afirma
que una de las variables con más influencia en la
alfabetización financiera es la educación de los padres. En
cuanto al género y la edad
no fueron relevantes como factores diferenciadores en este
estudio.
Continuando con los antecedentes, nos encontramos con
“Determinants of Financial Literacy Among the National
University of Lesotho Students” (Rasoaisi y Kalebe, 2015).
Este estudio con método
estadístico descriptivo representa la relación de variables
categóricas para concluir que los estudiantes hombres se
encuentran financieramente más informados que las mujeres de
la Universidad
Nacional de Lesoto (nul, por su sigla en inglés). Según los
autores,
al parecer los hombres tienen menos temores a la hora de
adquirir compromisos financieros. Por otra parte, el lugar
de residencia
no tiene ninguna implicación frente a la alfabetización
financiera,
tampoco la edad impacta considerablemente según se deriva de
que la media de edad de los estudiantes se encuentra dentro
de
una categoría no variada. Dentro de las recomendaciones se
menciona la viabilidad de incluir educación financiera en el
currículo de
la educación secundaria con el fin de crear una nación
económicamente alfabetizada en el largo plazo.
Grigion-Potrich, Vieira-Mendes y Kirch (2015), en su
estudio,
“Determinants of Financial Literacy: Analysis of the
Influence of
Socioeconomic and Demographic Variables”, aportan aspectos
importantes desde el análisis de variables socioeconómicas y
demográficas, en relación a la toma de decisiones asertiva
en el contexto económico de los individuos. Dicho estudio se
llevó a cabo en Rio
Grande do Sul, Brasil y se encuestó a 1 400 individuos,
mayores de
18 años. El examen de los datos se hizo a través de
estadística descriptiva y técnicas de análisis
multivariante. Así, los autores pudieron “establecer la
dependencia entre la alfabetización financiera
y las variables género, tener familiares dependientes,
ocupación,
nivel educativo, nivel educativo de la madre, ingreso
individual e
ingreso familiar” (p. 1059).
Se presentó como hallazgo la necesidad de diseñar medidas
para
reducir los problemas de alfabetismo financiero. Más aún, se
sugiere incluir materias relacionadas con la gestión
financiera y
conocimientos de mercado en todas las licenciaturas,
independientemente del campo de formación. Tales materias no
deberían
estar centradas solamente en la enseñanza de conceptos
financieros, sino deberían aportar consejos y prácticas para
mejorar las
actitudes y comportamientos financieros. En el mismo
sentido, se
plantea que debe dictarse en los primeros niveles de
educación con
la finalidad de preparar a los niños en gestión financiera y
que puedan reducir las desigualdades cuando sean adultos,
responsables
de administrar sus propios recursos. Finalmente, recomiendan
la
creación e implementación de programas educativos orientados
hacia la alfabetización financiera personal, en todos los
sectores de
la sociedad, empezando por identificar los perfiles de cada
grupo,
como en el caso de las mujeres por ser el grupo más bajo en
la caracterización; el objetivo sería definir productos y
servicios según
cada perfil. En cuanto a este aspecto, ya se han adelantado
medidas
por parte del Banco Central de Brasil (Bacen) y el Gobierno
Federal
Brasileño, que están implementando la Estrategia nacional de
educación financiera (Enef).
Metodología
Para el presente estudio se consideraron 25 231 estudiantes
de Administración de Empresas, de 143 universidades
colombianas, que
presentaron la prueba de competencias financieras para el
periodo 2016. Así, se excluyeron otros programas afines como
Administración de Negocios Internacionales, Administración
Comercial, Administración de Salud y demás. El análisis
propone como variable
respuesta en el modelo el puntaje en la prueba (inputs) y
como regresores, variables de individuo y de ies (output).
La fuente de información corresponde a la base de datos
pública del Icfes (2017)
para la prueba Saber Pro del año 2016, específicamente la
prueba de
competencia financiera y las variables de contexto.
De acuerdo con el Icfes (s. f.), los “modelos de regresión
multinivel”,
o como han sido llamados hasta el momento: modelos
jerárquicos
lineales, favorecen la medición del desempeño académico al
dar
importancia a variables socioeconómicas del individuo y la
escuela,
y a características como el sexo, el tipo de establecimiento
(oficial
rural, oficial urbano y no oficial) y el nivel
socioeconómico (Inse)
por estudiante y por escuela. Las variables que se tuvieron
en cuenta para la investigación se describen en la tabla
3.
Debemos hacer algunas aclaraciones: Género es una variable
cualitativa dicotómica, con valores 0 para mujer y 1 para
hombre. Edad,
por su parte, es una variable cuantitativa. Determinamos que
Universidad acreditada y Programa acreditado corresponden a
variables cualitativas con dos categorías, 1 en cuanto el
programa o universidad esté acreditado y 0 en caso
contrario. Finalmente, Método es una variable categórica,
que representa si el programa es
cursado de forma presencial, a distancia o virtual.
Como vemos, el modelo correspondiente, es un modelo de
efectos
fijos y aleatorios, en el que la parte aleatoria corresponde
a los efectos dados por la institución. De este modo, la
variable dependiente
responde al desempeño en la prueba de competencia financiera
(fi
)
para el año 2016, el individuo (i
i
) y de la institución de educación
donde egresa el estudiante (iesi
) más un término de error estocástico (ɛi
).
Para un segundo nivel, se tiene en cuenta la institución y se denotado por j.
Resultados
Se analizó un total de total de 25231 pruebas a estudiantes
del
programa de Administración de Empresas, distribuidos en 143
instituciones de educación superior, en todos los
departamentos
de Colombia.
De acuerdo con los análisis descriptivos se observan
diferencias
promedio en el desempeño teniendo en cuenta el género: a
favor
de los hombres. De igual manera, hubo mayores resultados en
las
instituciones y programas acreditados, en la modalidad
presencial,
por encima del promedio general. Finalmente, las
universidades
públicas tuvieron un desempeño más alto en la prueba que las
universidades privadas como se evidencia en la tabla
4.
Hay que agregar que los resultados de la tabla 5 señalan que la intersección del modelo es diferente de cero con una significancia de 0,000 (Sig < 0,05). Por lo que se puede inferir que existe un efecto no nulo en el desempeño de la prueba debido a la institución.
Por otro lado, la variabilidad del desempeño en la prueba es de 164 entre instituciones, y existe una variabilidad de 687 dentro de cada institución, como se observa en la tabla 6. Así mismo, se puede afirmar que existe un 37% (164/(164+686)) de variabilidad total del desempeño entre las instituciones en comparación con la variabilidad de los estudiantes por institución. Finalmente, es significativo (Sig < 0,005) considerar diferencias en el desempeño de la prueba en todas las instituciones.
Todos los factores influyen significativamente en el puntaje de la prueba (Sig < 0,05). En este se han incluido las variables tanto del nivel 1 (estudiante); género y edad, como de nivel 2 (institución); método del programa presencial, acreditación del programa y de la institución, evidenciando contribución a la variabilidad del rendimiento de la prueba en todas a excepción de la edad, que presenta una disminución por cada unidad que aumenta esta, como se evidencia en la tabla 7.
Como se observa, el hecho de que la institución sea acreditada, igual que el programa, genera un aumento en la prueba en 10,73 y 2,72 respectivamente. Lo mismo ocurre cuando el método de la carrera es presencial: hace que el puntaje aumente en 4,69. El caso contrario ocurre con la edad: por cada año que aumente la edad, el puntaje disminuye en 0,018 unidades. Por último, el hecho de ser hombre determina un aumento en 6,11 en la prueba.
Discusión
El estudio mostró la incidencia de factores que
explican el desempeño de los estudiantes de las
diferentes universidades colombianas frente a la
prueba Saber Pro, en cuanto al área de gestión
financiera para el año 2016. De acuerdo a
estudios anteriores, se
puede confirmar la incidencia de factores
individuales, como edad
y género. Sin embargo, factores que se
consideraban explicativos
como el nivel socioeconómico (Inse), formación
académica de padres o la ocupación no resultaron
determinantes en esta ocasión.
Por lo que respecta a las variables de contexto,
podemos decir que
son explicativas con una incidencia positiva en
el resultado. Así
como las variables de acreditación la
universidad, del programa y
la modalidad del programa. Estos resultados
plantean un reto a las
universidades y programas que aún no han
obtenido la acreditación
o que ofrecen el programa de manera virtual para
mejorar su proceso educativo.
De igual manera que en investigaciones
anteriores en el campo del
desempeño educativo, este estudio evidencia que
continúan las
brechas de género, lo que implica que se
favorece al masculino. A
pesar de los esfuerzos por mejorar la educación
y los diversos estudios en los que se han
manifestado diferencias al respecto, tales
brechas persisten en los diversos
contextos
Es por esto que, una vez identificados los
factores incidentes en el
desempeño en la competencia financiera, se abre
la posibilidad de
que futuros estudios sobre las diferencias
existentes, puedan ser
considerados con el fin de generar políticas
públicas en pro de la
mejora de la calidad de la educación. En este
sentido, está visto que
tanto las universidades, como los programas
acreditados aportan
de manera directa a los resultados. Por ello, se
debe indagar en los
diferenciales de las estrategias educativas
entre los programas que
han sido acreditados y los que no.
Dicho lo anterior, debemos tener en cuenta que
en la era del mundo tecnológico, en la que se ha
incrementado el número de ofertas educativas
virtuales que posibilitan el acceso a la
educación de
muchos ciudadanos, es importante velar por
mejorar los procesos
educativos, puesto que, según los resultados, el
desempeño en la
competencia financiera es mejor en la modalidad
de educación
presencial, por encima de la virtual y la
educación a distancia.
Referencias
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Este libro fue editado por la Editorial Uniagustiniana. Su texto se compone con letra tipo Lora a 10 pts.