Parte 2 - Capítulo 2
Economía
Formación de precios en subastas ganaderas en Ganaunión S.A., Pereira, Colombia
1. Introducción
El mercado de bienes y servicios tradicional, impulsado por oferta y demanda
en la determinación de precios, no es eficiente ante asimetrías de información
originadas en el desconocimiento de la disposición a pagar por los compradores.
Este hecho propicia la aparición de mecanismos alternativos para la revelación de
preferencias de los compradores, tal es el caso de las subastas. De este modo, las
subastas, como mecanismo de mercado, procura la revelación de las valoraciones
individuales de los compradores en contextos con falta de información o o cuando
los bienes presentan características únicas, (Ausubel, 2003). De manera que las
subastas permiten la asignación de bienes a aquellos individuos que presentan
mayor preferencia por éstos, en el sentido que aquel individuo con disposición a
pagar por encima de la valoración de los demás integrantes de la puja será quien
obtenga la mercancía (Pérez, 1993).
En particular, las subastas ganaderas en países como Costa Rica y Colombia se
ejecutan como una subasta inglesa, donde el martillo comienza con un precio
mínimo y los competidores empiezan a pujar una cantidad mayor. Tal que el
martillo es la persona encargada de determinar el precio inicial, y sus incrementos,
teniendo como punto de referencia su valoración personal. Esta valoración es
determinada por la procedencia, calidad y tipo de ganado, en coherencia con su
conocimiento del mercado en distintas locaciones (ICA, 2001). A su vez, en función
del peso por kilo en pie será el pago del pujante.
Es importante recalcar que la ganadería hace parte de una de las actividades más
significativas en Colombia1
, tanto por sus aportes directos en la alimentación
como por todas aquellas actividades derivadas de la transformación de sus
productos. En concordancia con la industria en general, según el presidente de
la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas, en Colombia existen 30 millones
de hectáreas ocupadas por los ganaderos, generando 250.000 empleos y con
beneficios a más de 500 mil familias dedicadas a la labor ganadera. En este renglón
económico se evidencia una participación del 21% del PIB total agropecuario, con
una producción anual de 950.000 toneladas de carne2.
Sumado a esto, la industria ganadera posibilita el desarrollo económico en los
ámbitos locales y nacionales por medio de la formación de precios de eficiencia
a ofertantes y consumidores puesto que, en un sentido más extenso, las subastas
de ganado se convierten en motores económicos y gestores de oportunidades en
la generación de valor agregado para la industria agropecuaria.
En entrevista con Eudy Jaramillo (2017)3
, gerente de Ganaunion, asegura
que la subasta ganadera confluye como el centro de la actividad pecuaria
para terratenientes, ganaderos, comerciantes, transportadores, el comercio
local, el Estado, entre muchos otros agentes económicos de la región, que
propician condiciones de economías de escala para el desarrollo económico4.
En consecuencia, no sorprende el éxito de la subasta ganadera en Pereira
“representado en un incremento de más de 300% del comercio de ganado en los
últimos años” en una región que no es tradicionalmente ganadera, motivando el
análisis del desarrollo regional a través del comercio de ganado.
Este estudio busca identificar las relaciones existentes entre la calidad de la
res, la hora de llegada a la subasta y el precio base determinado en las subastas
ejecutadas por Ganaunion S.A. en el año 2016 en el municipio de Pereira –
Risaralda por medio de un modelo de regresión lineal que capture los efectos de
las variables independientes sobre el precio final. Por tanto, el estudio se realiza
para la Plaza de Ferias de Cerritos, ubicado en el corregimiento de Cerritos, en el
municipio de Pereira, cuya actividad principal es el apoyo al sector agropecuario.
A continuación, se realiza en primer lugar una revisión teórica acerca de las
subastas y su implicación en el crecimiento económico, incluyendo las ventajas
y desventajas que presenta para un bien o servicio, en comparación a otros
sistemas de fijación de precio, con especial hincapié en las subastas ganaderas.
Posteriormente se presenta una breve descripción de la empresa Ganaunion y
su funcionamiento, con el objetivo de contextualizar el proyecto y delimitar el
modelo desarrollado.
Debido a la ausencia de información de carácter público, por parte de la empresa
Ganaunion S.A, se diseñó una entrevista dirigida a la gerente de la empresa, Eudy
Jaramillo, con dos finalidades: ubicar la organización en contexto e identificar las
variables que inciden en la determinación del precio final de forma exploratoria.
Para tal fin se empleará un modelo de corte transversal para identificar la relación
entre las variables en la determinación del precio final de los ganados subastados.
Teoría de subastas
McAfee y McMillan (1987) definen una subasta como “una institución de mercado
que cuenta con un conjunto explícito de reglas que determinan la asignación de
recursos y los precios basándose en las pujas presentadas por los participantes”.
Esta estructura central es la base de los diferentes tipos de subastas implementadas
hoy en día en el mundo, y es el punto de partida para los procesos investigativos
en torno a la fijación de precios y las estrategias competitivas de los participantes.
La subasta se considera un sistema de asignación de recursos eficiente, dado que
siempre aquel con mayor disposición a pagar es quien gana la puja y paga el precio
competitivo que el vendedor está dispuesto a aceptar por el bien o servicio.
Para abordar la teoría de subastas como sistema de fijación de precios es
importante remontarse a teóricos como Friedman (1956) y Vickrey (1962),
quienes a mitad del siglo XX comienzan a analizar los métodos de asignación y
las estrategias tanto de comparadores como vendedores dentro de este tipo de
mercados. Friedman (1956) argumenta que el jugador o pujador no tiene ninguna
estrategia determinante para competir, ni se preocupa por el comportamiento
de sus competidores. Por el contrario, su modelo parte de la premisa de que el
método óptimo para determinar las pujas está basado en la probabilidad de ganar.
Desde esta mirada, un competidor simplemente pondera el valor esperado del
bien con su disposición a pagar y la probabilidad de que su pago sea el más alto,
teniendo como punto de referencia las pujas anteriores de bienes similares u
homogéneos para determinar el comportamiento de los demás competidores y,
en consecuencia, la probabilidad de vencer con su puja.
El modelo de Friedman contempla un único competidor estratégico como
un individuo aislado sin llegar a la estimación de un equilibrio, o plantear su
concept. Sin embargo, partiendo de la premisa que todos los individuos tendrían
un comportamiento estratégico en función de cómo se espera se comporten los
demás competidores, es posible extender el análisis de las subastas a la teoría de
juegos y la construcción de equilibrios estratégicos.
Esta vertiente de análisis es abordada por Vickrey (1962), quien analiza el
comportamiento de las subastas y las estrategias de cada uno de los pujantes bajo
el marco metodológico de la teoría de juegos. En este sentido, la toma de decisión
dentro de la subasta va determinada a la consecución de un equilibrio, entendiendo
que en términos de información todos se encuentran en la misma situación y, por lo
tanto, el equilibrio se obtiene cuando aquel con el mayor valor percibido del bien o
servicio, y por consiguiente mayor disposición a pagar, gana la puja.
Posteriores desarrollos en torno a esta visión han robustecido la fundamentación
teórica de las subastas y permiten analizar los comportamientos y la toma de
decisiones estratégicas tanto de pujantes como de vendedores, a partir de las
reglas de juego que aplican para los jugadores y los beneficios que ambos perciben.
Destacando que el análisis de las subastas no se centra tan solo en la forma como
los competidores deciden la puja óptima sino en su implicación en la forma como
se determinan los precios, en cómo las condiciones particulares del bien o servicio
determinan el comportamiento de la subasta y en cómo los diferentes tipos de
subastas y subastadores generan resultados y estrategias diferentes.
Es importante recalcar que existe un modelo de referencia central en la teoría
de subastas bajo juegos que plantea un sistema de información completa donde
todos los participantes tienen información absoluta de las estrategias de sus
competidores y de las condiciones iniciales del subastador; los compradores son
simétricos, neutrales al riesgo, no tienen costos de preparación al realizar la puja,
no hay colusión, entre muchos otros supuestos que no se cumplen en la práctica y
se estudian de manera particular en la teoría dadas sus implicaciones.
Un caso particular es el de Harsanyi (1967), quien explica una subasta con
información incompleta de la siguiente manera: el pujador, al presentar su
oferta de compra sobre el bien o servicio que se subasta, debe pensar cual será la
estrategia de sus contrincantes en cuanto a la valoración que tengan estos sobre
el mismo bien o servicio. De igual modo, debe deducir el comportamiento de estos
al realizar las pujas con relación a la valoración, y adicionalmente debe especular
sobre cómo será el actuar de sus rivales con respecto a su propia puja, es un
método complejo de plantear y entender pero que es más apegado a los sistemas
de subastas implementados.
Como se mencionó con anterioridad, en conjunto con los problemas de asimetría de
información, existen diferentes tipos de subasta que generan un comportamiento
diferente tanto por parte del subastador como de los competidores. A continuación,
se presenta una breve descripción de éstos, con base en McAffe & McMillan (1987),
en busca de diferenciar las características puntuales del tipo de subasta realizado
por la empresa Ganaunion, lo cual facilita el proceso de estimación del modelo, la
selección de las variables y su explicación.
Subasta inglesa
Este tipo de subasta se caracteriza por que su precio es ascendente hasta que
uno de los pujadores compre el bien al precio en que haya terminado la subasta,
este método se debe a que en la medida que cada competidor desee obtener el
bien, hará lo posible aumentando su apuesta con respecto al primer postor. En
esa medida, se van retirando los otros competidores puesto que el precio del bien
llega a elevarse a niveles donde no están dispuestos a competir. En este caso, el
mayor beneficiario es el vendedor.
Cabe resaltar que especialmente en este tipo de subastas los competidores tienen
expectativas muy claras del valor final de la puja mayor y su estrategia consiste en
que los competidores permanecerán en la subasta hasta que su precio iguale el de
su puja, por lo tanto, el ganador será aquel con un valor de puja mayor.
Subasta holandesa
Contraria a la subasta inglesa, esta subasta es de orden decreciente, donde el
subastador inicia con precios altos, hasta llegar a precios bajos donde el comprador
o pujador esté dispuesto a aceptar. Lleva este nombre dado que se originó en el
mercado de flores de Holanda, donde fue entendido como el mejor sistema de
venta y fijación de precios y es usado aun hoy en día. En esta subasta el comprador
selecciona un precio sin tener previo conocimiento del valor de las pujas de sus
competidores, por tal razón el ganador únicamente estaría dispuesto a pagar el
valor de la puja asignada por el mismo, el resultado es autónomo e indiferente
ante el riesgo.
Subasta con sobre cerrado a primer precio
Es muy peculiar ya que no tiene oportunidades alternas, es decir, los pujadores
presentan su valor de puja en un sobre cerrado, el cual no es conocido por ninguno
de sus competidores, el ganador será quien haya puesto el mayor valor dentro del sobre con respecto
a sus otros competidores. Estos, a su vez, estarán manejando
el mismo método para conseguir el mismo fin: tener la mejor puja (mayor precio)
en relación a sus demás competidores.
Subasta con sobre cerrado a segundo precio
Similar a la anterior, pero el precio a pagar no será el del ganador sino el de la
segunda puja más alta, en este sentido el precio no depende de la puja realizada
por el ganador y por lo tanto no incide directamente en el precio. Esta subasta
permite una aproximación más directa al precio real del bien subastado, ya que el
momento de pago es independiente y estará por debajo de su disposición a pagar.
Contexto histórico de las subastas
En cuanto a la evolución de las subastas alrededor del mundo, Shubik (1983)
señala que la instauración de las subastas requiere fundamentalmente de
una moneda que sirva como valor de cambio estándar que permita valorar de
manera inmediata las pujas de todos los competidores, así como un mercado de
compradores y vendedores dispuesto a desarrollar el proceso de compra y venta.
Entre los primeros escenarios de subastas, que señala Shubik (1983), se encuentra
el mercado de esposas de Babilonia, donde de manera anual los padres debían
subastar a sus hijas en edad de casamiento. El sistema estaba diseñado para
asignar las doncellas más bellas a las mejores ofertas y las doncellas menos
agraciadas a quienes estuvieran dispuestos a recibir menor dote.
Posteriormente, se encuentran subastas de territorios mineros o pesqueros y de
manera puntual subastas de bienes confiscados, incluyendo esclavos, realizadas
por los romanos. La importancia de las subastas se ve disminuida con la caída del
imperio y su implementación, según Shubik (1983), no se extiende hasta el siglo
XVII donde comienzan a subastarse nuevos bienes como barcos y edificios y se
empiezan a desarrollar los diferentes tipos de subasta previamente mencionados.
A partir de 1700, los subastadores empiezan a ser considerados como trabajadores
formales, con el establecimiento de las casas de apuestas, lo cual amplia la
variedad de bienes y servicios a todos aquellos que el vendedor esté dispuesto a
ofrecer y el comprador a competir por él. Se adicionan a su vez diferentes reglas
referentes a la forma de participación, la duración de la subasta y la asignación de
los bienes, reglas que varían según el país y el bien subastado (Durá, 2003).
Para mediados del siglo XX la popularidad de las subastas se extiende a América
y se aplica a gran número de bienes tanto de consumo como de lujo, al igual que
antigüedades y bienes inmuebles. Este crecimiento también extendería el uso de
diferentes tipos de subasta para diferentes bienes, especialmente las subastas
de sobre cerrado para los bienes de muy alto valor y las asignaciones de recursos
públicos, como los espectros electromagnéticos y las concesiones viales. En ellos
encuentra al Estado como un participante activo, tanto de comprador como de
vendedor, en el mercado de subastas (Shubik, 1983).
Finalmente, como menciona Durá (2003), con el auge de internet a finales del
siglo pasado, las subastas encuentran una nueva plataforma para desarrollarse,
permitiendo que compradores y vendedores de todas partes del mundo interactúen
de manera directa en los sistemas de subasta para asignación de bienes y servicios
de todo tipo. Esto incrementa la relevancia del sistema de subastas, permitiendo
ampliar la capacidad investigativa entorno a estos procesos con nuevos tipos de
mercados y sistemas de asignación que llevan a conclusiones diferentes como las
que plantea este estudio.
Acerca de las subastas ganaderas
El sistema de la comercialización de ganados a través de las subastas ganaderas
en Colombia es procedente de Costa Rica, cuya adecuación se estima entre 1990
y 1992. A partir de esta fecha se considera la subasta ganadera como un espacio
para el comercio de todo tipo de animales, enfocado al levante, al engorde o al
sacrificio para la elaboración de productos o el consumo de carne.5
Las primeras subastas en Colombia, como indica Díaz (2005), se realizan en 1992, en
el bajo Cauca Antioqueño y en la ciudad de Montería. Desde allí se percibe una alta
aceptación por parte del público, tanto vendedores como consumidores dada la
facilidad de negociar de forma eficaz y transparente los ganados. Posteriormente,
esta actividad comenzaría a extenderse por el resto del territorio colombiano.
En el mes de febrero del año 2003 se crea la Asociación de Subastas Ganaderas de
Colombia -Asosubastas- en respuesta a la necesidad imperante de estas empresas
de mantenerse agremiadas y tener representación ante diferentes entidades
relacionadas con el sector.
Para la ejecución de subastas ganaderas, el personal encargado cuenta con un
gerente, un auxiliar financiero, un veterinario, el martillo, un auxiliar administrativo,
el jefe de vaqueros, vaqueros y auxiliares de facturación. No obstante, la empresa
solo debe dar cuenta de las condiciones sanitarias al Estado, por medio del ICA,
y de los cargos impositivos de la actividad. Es decir, no existe un ente que vigile y
regule la actividad económica.
En este sentido, las subastas se ejecutan de acuerdo a la resolución No. 0003353
del 04 de abril del 2016 del ICA, donde se autoriza la elaboración de las subastas.
A tal fin, la empresa Ganaunión S.A. presta servicios de intermediación por la
ejecución de la subasta y efectúa los siguientes cobros: 5,1% por lotes mayores
a 5 animales; 3,1% por lotes entre 1 y 4 animales; 2,1% por los primeros 5 lotes
mayores o iguales a 10 animales; y 1,5% por auto subasta6.
Acerca de Ganaunion S.A.
Ganaunion S.A. se fundó en 2007 con el objetivo de atender las necesidades de los
ganaderos y los comerciantes de ganado. En términos operacionales, la subasta se
ejecuta los martes en la plaza de ferias de Cerritos, ésta recibe el ganado organizado
por lotes en la mañana, 6 a.m.-12 m, y es subastado en la tarde y noche7, con un
promedio de 2000 cabezas de ganado subastados por semana.
La subasta empleada por la empresa Ganaunion S.A. es del tipo inglesa, es decir,
su precio es ascendente hasta que uno de los pujadores compre el bien al precio
máximo establecido al terminar la subasta. Este método, como se mencionó en la
fundamentación teórica, atiende a que cada competidor desea obtener el bien y,
en consecuencia, hará lo posible para su consecución aumentando su apuesta con
respecto al primer postor. Con el avance de la subasta se van retirando los otros
competidores ya que el precio excede sus disposiciones a pagar por el bien. Como
menciona la teoría, en este tipo de subastas el competidor tiene una expectativa
clara del nivel de puja máxima que se llevará el lote de ganado.
De acuerdo con las condiciones topográficas de la región, la producción se
especializa en la lechería, sin embargo, hay gran participación de ganados
cruzados, entre un tronco que se llama indicus que son los cebuinos, y Taurus que
son ganados europeos. Por otra parte, hay un alto flujo de ganados blancos con la alta influencia
del cebú, estos son traídos de zonas productoras como la Costa, el
Caquetá y, en menor proporción, del Magdalena medio. Son ganados que son muy
apetecidos por que tradicionalmente es el tronco que más trabaja a nivel país, que
es el cebuino.
De cada lote se hace una presentación muy puntual de las cabezas exhibidas
en la pista en función de su procedencia, el tipo, la hora de llegada y la calidad
ponderada subjetivamente con el fin de que, con esta información, el martillo
establece el precio inicial de la subasta. Entonces, se asume que las estimaciones
realizadas por los pujantes sobre el valor del bien ofertado son de carácter público.
En otras palabras, esta es una subasta con información completa, en cuyo caso el
pujante o comprador de ganado, conociendo la puja de los demás competidores,
calculará su puja óptima, Hendricks y Porter (1989).
Los precios finales de las subastas ejecutadas en Pereira se ven influenciados por
los precios de otras zonas productoras en el país, como lo son Chigorodo, Necocli,
Montería, Planeta Rica y el bajo Cauca. De modo, que cuando inicia la subasta por
los lotes, los precios son aproximados por el martillo a través del precio base. En
este caso, el martillo debe estar informado de los precios en Medellín para el ganado
gordo, debido a que allí se determina el precio de referencia para el eje cafetero,
el Valle del Cauca y la zona costera del país.8 Esta estructura puede
interpretarse
como un sistema de precios de líder-seguidor, donde el líder, Medellín, establece el
estándar de precios y el seguidor, Pereira, se adapta a ellos. Esto como parte de la
información que tienen disponible los competidores y el subastador al momento
de empezar la subasta.
Dentro de las reglas particulares para la subasta, se encuentra que, en caso de
no realizarse ninguna puja por un lote, se mantiene el precio base establecido;
si el dueño del lote no lo quiere conservar, Ganaunión lo adquiere por aquel
precio establecido por el martillo. De esta manera se garantizan condiciones
mínimas para el oferente del lote y una restricción adicional sobre el martillo en el
establecimiento del precio inicial.
Estimación
A continuación, empleando datos de las 51 subastas ejecutadas en el año 2016
con 12641 observaciones, se muestran los resultados del siguiente modelo de
regresión9, mediante el método de Errores Estandar Robustos de White.
y i = β 0+ β 1 Vaca i
+ β 2 Toro i+ β 3 H i+ β 4 M i
+ β 5 G1 1 + β 6 G2 i + β 7 B1 i +
β 8Total i + β 9
Promedio i+ β 10 Gap i+ β 11 (Fecha^2) i
+ u i
Siendo la variable dependiente, yi
, el precio final expresado en miles de pesos y
el modelo una combinación de variables regresoras cualitativas y cuantitativas,
su interpretación comienza en el efecto base que tiene sobre dicho precio final el
tipo de ganado, sea vaca, toro, H (vaca joven) y M (toro joven)10, y su
calidad como
lo es G1 de primera categoría, G2 de segunda categoría y B1 ganado de color, el
intercepto recoge todo lo que no esta agrupado en las anteriores categorías (vaca
parida, novilla de ceba, hembra de levante, macho de levante).
Estas variables, como menciona Eudy Jaramillo (2017), son los aspectos que
el martillo considera centrales para determinar el precio base, dado que estas
variables son las consideradas en los diferentes mercados, como Medellín y Bajo
Cauca, para el establecimiento de precios estandar. La información de estas
variables es recopilada en la mañana durante el proceso de recepción de los lotes
y es dada a conocer a los pujantes previo al inicio de la subasta.
Por otro lado, las variables total y promedio representan su relación en incrementos
fijos en el precio cuando cambian en una unidad el peso total y el peso promedio
del lote subastado. A partir de la base ya establecida por las variables cualitativas,
el gap representa el cambio en el precio final con base en la diferencia del precio
inicial. Finalmente, la variable fecha se ingresa en el modelo al cuadrado para
validar la hipótesis de que el horario de entrada del ganado influencia sobre el
precio final de venta del animal.
Regresión por MCO
Puede observarse que los estimadores son estadísticamente significativos al 1%,
exceptuando al parámetro que acompaña a la variable VACA11, y que
presenta
un coeficiente de bondad de ajuste, R2
, del 0,35. Adicionalmente, el modelo no
presenta problemas de normalidad, heterocedasticidad, ni de autocorrelación de
los errores.
Como ya se mencionó, al ser un modelo que combina variables cualitativas y
cuantitativas, el análisis se enfoca en dos direcciones: la primera es la relación entre
las variables cualitativas y el precio final de la res, y la segunda hace referencia a
los cambios por proporción de las variables cuantitativas. Esto tiene una relevancia
central, dado que se quiere corroborar la influencia que tienen los aspectos
cualitativos en el precio final a partir del establecimiento del precio base desde “el
martillo”, quien recoge las expectativas de los competidores a partir de la información
previa para dar una subasta capaz de asignar el precio de manera eficiente.
Para comenzar el análisis se destaca el intercepto, el cual representa el valor por
kilo en pie final en pesos colombianos, con un valor de $2696. Este intercepto
se enfrenta a las variables cualitativas, donde se compara la edad y género de
la res. En este sentido es posible encontrar que la vaca joven (H) recibe la mejor
valoración general por los consumidores, dada su capacidad de generar leche
durante un periodo de tiempo más elevado, lo cual representa beneficio para el
ganadero por encima de los costos en los que se incurre, generando un atractivo
superior, e incrementando el valor por kilo en más de $640 pesos colombianos.
Por el contrario, una vaca (VACA) mayor tiene una valoración inferior, dado que el
único beneficio que se percibe de ella es la carne producida y los costes en los que
se incurre para su transporte y mantenimiento, generalmente, no compensan un
precio mayor. Por lo tanto, este tipo de ganado disminuye el precio final del kilo en
$97 pesos colombianos.
En el caso de los toros, el análisis es inverso al de las vacas; un toro mayor (TORO)
representa una ganancia más inmediata para el comprador, ya que puede disponer
de él para sacrificio y sacar beneficios de la venta de carne, cuero y demás partes
del animal, mientras que la compra de un toro joven representa los mismos
beneficios, acompañados de un gasto mayor de mantenimiento que solo se ve
recompensado por la oportunidad de emparejar y procrear. Por estos motivos se
encuentra un incremento del precio final del kilo de $619 pesos colombianos para
el toro mayor y de $590 pesos colombianos para el toro joven.
Esta primera interpretación de las variables es acorde a la información recolectada
de la empresa y el proceso de las subastas, donde tanto el comprador como el
vendedor son conscientes de la diferencia de precios causados por el sexo y la
edad del ganado. Estos inciden en el precio de los productos derivados que se
pueden obtener de la res y los costes en los que se incurren para el mantenimiento
y transporte del mismo, en este sentido el precio de la puja mayor recoge la
percepción que tiene el competidor del beneficio neto que percibirá si adquiere
el ganado.
Adicionalmente, el ganado también presenta variaciones según su clasificación de
calidad, dígase de primera categoría, segunda categoría y ganado de color. Aquí se
puede evidenciar la gran diferencia entre el ganado de primera y de segunda. La
diferencia neta entra ambas categorías es de más de %600 pesos colombianos
en el precio final del kilo, donde el ganado de primera (G1) representa más de $101
pesos por kilo, mientras el ganado de segunda (G2) representa una disminución de
$420 pesos por kilo.
Esto se encuentra directamente relacionado con los rendimientos esperados por
parte del competidor, así como la posibilidad de generar nuevas crías de la misma
calidad. Finalmente, se encuentra que el ganado de color (B1) es el más valorado
en comparación a los de primera y segunda, demostrando una preferencia no
esperada de los competidores hacía este tipo de ganado, el cual representa un
incremento de más de $167 pesos en el precio final del kilo.
En cuanto a las variables cuantitativas, es notable el poco incremento que
representa el peso total del lote en comparación a la importancia relativa del
peso promedio. En este sentido el peso promedio del lote, es decir el peso aproximado de cada res
dentro del lote, tiene una incidencia de 0.44 en el precio final
del kilo, en este sentido, por cada kilo adicional en el peso promedio el precio se
incrementa en 0.44 unidades monetarias, mientras que el peso total del lote tiene
una incidencia de 0.20, indicando que, por cada kilo total en el peso del lote, el
precio se incrementa en 0.20 unidades monetarias.
Esto es coherente con el interés del competidor de obtener reses que tengan un peso
promedio garantizando un equilibrio en el lote, siendo esto preferible a un peso total
alto que pueda representar la combinación de reses con muy buen peso y reses con
muy bajo peso. Así, los competidores buscan disminuir la incertidumbre que pueda
presentar desconocer el peso específico de cada res. Sin embargo, es importante
destacar que al ser una subasta presencial el comprador tiene la oportunidad de
inspeccionar cada lote de manera personal y obtener así información aproximada
sobre el peso y el estado de cada res. Esto incide de manera directa en la disposición
a pagar del pujante, siendo parte de la información disponible para todos.
La variable GAP al representar la incidencia de la diferencia entre el precio final y
el precio inicial establecido por el martillo presenta mucho interés en la regresión,
dado que se puede interpretar como la buena labor desarrollada por el martillo
para establecer un precio inicial óptimo para el lote a la vez que salvaguarda la
subasta de tener el deber de comprarlo. Dada la fuerte incidencia de esta variable
en la regresión, es posible inferir la responsabilidad misma del martillo de entender
el mercado y a sus compradores para el establecimiento del precio base, así como su deber de
dinamizar la puja y en busca de maximizar el precio final. En síntesis,
un GAP tan elevado como el de la regresión representa un martillo prudente que
coloca un precio base bajo y controla la puja para obtener un mayor precio final.
En última instancia se encuentra el tiempo de entrada de la res. Ingresado en la
regresión elevado al cuadrado tiene un comportamiento decreciente frente al
precio de -0,71 por lo cual se puede interpretar como una función con forma de U
invertida, donde la subasta comienza con lotes de menor precio, luego el vendedor
presenta los mejores lotes a la mitad de la jornada y, posteriormente, las pujas
comienzan a disminuir dado que muchos compradores ya están satisfechos con
sus compras y disminuyen su disposición a pagar por más, así como la pérdida de
jugos del animal durante el día.
2. Conclusiones
En las subastas, tanto el pujador como el martillo están en capacidad de fijar
precios, de base y finales, buscando que el precio final tenga una tendencia
hacia el punto de equilibrio. En este sentido, en el proceso de la subasta ambos
compradores y vendedores llegan, a través del sistema de pujas, a un precio
competitivo que garantiza beneficio para ambos. En otras palabras, que el pujador
no llegue a niveles muy bajos para ofertar por la compra de ganado y, que el martillo
no inicie la subasta con precios muy altos para no obligar a la compañía a comprar
los lotes. Cumpliéndose lo planteado por Friedman (1956) y Vickrey (1962) los
compradores tienen acceso a la información del lote, de sus competidores y sus
propias estructuras de coste que les permiten establecer su disposición a pagar en
concordancia con los beneficios esperados y su probabilidad de ganar la subasta.
Como se puede evidenciar en los resultados obtenidos, la relación existente
entre la puja per se y el nivel final del precio del ganado es muy fuerte, esto
ilustra una dinámica de subasta eficiente que incentiva al comprador a igualar
su disponibilidad a pagar con el nivel de la puja (precio final). En consecuencia,
la satisfacción tanto de ofertantes y demandantes, al ser maximizada, hace que
se genere una mayor permanencia y a su vez una ampliación en el mercado de
subastas, siendo un atractivo para el sector pecuario a nivel regional y nacional.
Este sistema de fijación de precios permite a los ofertantes y compradores un
precio de equilibrio que garantice la continuidad de la subasta y a Ganaunion
continuar percibiendo beneficios .
Consecuente con lo anterior, Ganaunion, ha sido el motor de esta actividad
(subasta) comercializadora en el departamento de Risaralda, incentivando entre 250 y 300 medianos y
pequeños productores, al igual que, aproximadamente, a
300 y 400 clientes comercializadores provenientes de diferentes zonas del eje
cafetero y del país. En efecto, se incrementan los índices de empleo dentro de la
feria, y a su vez aumentan los niveles de ingresos de cada uno de los funcionarios, lo
que tendrá una mayor incidencia en altos niveles de consumo, lo que en definitiva
se traduce en mayor valor agregado.
No obstante, desde la perspectiva del productor, el aumento en los niveles de
ingresos financieros en los diferentes actores, como proveedores y el Estado, se ve
reflejado en los impuestos; la regulación de precios se da por la oferta y demanda
de dicha actividad, que de una u otra manera aumenta los niveles de consumo
y abastecimiento a minoristas y mayoristas, los cuales ayudan a fortalecer los
canales de distribución de ganado, con el fin de que sean más eficientes y que a
su vez se vea reflejado en el desarrollo tanto de la feria como del departamento.
A partir de los resultados obtenidos en la investigación realizada se encuentra
un sistema de fijación de precios optimizado, que se percibe justo tanto para el
subastador como para el vendedor y genera un ecosistema de intercambio que
abarca mucho más allá que la subasta de lotes. Se recomienda a las otras subastas
que participan en la Plaza de Ferias de Cerritos replicar este método, lo cual
permitirá aumentar el alcance del sector y entonces será posible analizar si este
cambio contribuye al crecimiento y desarrollo de la región. Es decir, en el sentido
de Rawls (1971) y Sen (1989), cuantificar su aporte a en ingresos, consumo, valor
agregado, bienestar y asignación de recursos, por ejemplo, para establecer la
mejorar al bienestar social, del municipio de Pereira.
Notas:
1
Esta clase de actividades están sujetas a la resolución 1634, expedida por el ICA el 19 de mayo de
2010. En la cual explican
las condiciones que deben cumplir para poder funcionar.
2 Datos tomados del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
3
Entrevista realizada el 23 de noviembre de 2017 en Plaza de Ferias del corregimiento Cerritos,
Pereira, Risaralda, Colombia.
4 La subasta ganadera, en términos generales, contribuye al crecimiento y desarrollo de la región
por medio de la generación de empleos directos e indirectos, la provisión de ganado, el consumo
final de los productos derivados y la carga
impositiva en cada eslabón de la cadena productiva como ingreso para el fisco.
5 Esta actividad se asimila a una feria comercial (ICA, 2001).
6Defender los ganados por sí mismo.
7El horario varía en función de los lotes recibidos en el día
8 En este sentido, el sistema de precios se determina por un líder, Medellín, y un seguidor, Pereira.
9Si bien las variables: Precio Final, Peso promedio; Gap y Peso Total no se distribuyen de forma normal, bajo el teorema
del límite central las distribuciones de las variables se aproximan a la distribución normal.
10Específicar esta diferencia de edad es importante dado que las reses de mayor edad van destinadas al sacrificio mientras
las menores van destinadas a la cria y levante.
11Estadísticamente significativo al 10%.
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