Parte 3 - Capítulo 1
Ambiente e innovación rural
Certificación ISO 14001: efecto financiero en las empresas de Colombia
1. Introducción
La problemática ambiental es cada vez más sentida en todas las esferas de la
sociedad. El cambio climático, la desertificación, la degradación de los suelos,
el estrés hídrico, pérdida de biodiversidad y la acidificación de los océanos, por
mencionar solo algunas de las realidades a las que se ve abocada la sociedad
contemporánea, exige esfuerzos conjuntos para la búsqueda de soluciones. De
modo particular, las empresas juegan un papel preponderante en esta búsqueda de
alternativas, pues su rol en la agudización de la crisis ha sido igualmente importante.
En este contexto, las empresas han venido proponiendo estrategias para ser
partícipes de las soluciones a la crisis ambiental, incorporando la gestión ambiental
para hacerla parte de las funciones vitales de la organización. Así mismo, en el
marco del comercio internacional, se hace cada vez más recurrente la presión
para que las empresas sean competitivas, eficientes y responsables con el entorno
ambiental (Oertwig et al. 2017), esto se ve reforzado por el endurecimiento de los
marcos normativos de cada país.
Más allá de las buenas intenciones que puedan expresar las organizaciones, la
sociedad se ha encargado de definir algunas reglas que permitan identificar el
compromiso de las empresas frente a los retos derivados de la crisis ambiental. De
esta manera, la responsabilidad social ambiental empresarial se puede divulgar
de diferentes formas, entre las más conocidas se encuentran los estándares GRI,
indicadores Ethos, Pacto Global y la norma ISO 14001 de sistemas de gestión
ambiental.
La familia de las ISO 14000 es una expresión del compromiso ambiental de
las empresas. Este grupo de estándares nace en 1996 y su objetivo es generar
herramientas para que las firmas gestionen, de una manera eficiente, los procesos
asociados a la responsabilidad ambiental. De acuerdo con la organización ISO, la
14000 promueve la eficiencia ambiental en la medida que genera reducción en el
consumo de energía, reduce los desperdicios del proceso de producción, reduce el
uso de materias primas, entre otros beneficios (Searcy, Morali y Karapetrovic, 2012).
En concreto, el estándar ISO 14001 brinda lineamientos para instaurar un sistema
de gestión ambiental.
La adopción del estándar ISO 14001 se ha venido incrementando en el mundo.
En particular, la región de América Latina muestra un crecimiento importante en
número de empresas certificadas, de acuerdo con los datos reportados por la CEPAL
(2019) (ver figura 1). En Colombia se ha pasado de tener 13 empresas certificadas
en esta norma en el año 1999 a 2794 en el 2018 (ISO, 2019). De igual manera, las
investigaciones sobre beneficios, costos, motivaciones y efectos de la adopción de
ISO 14001 en las empresas también se ha incrementado en los últimos años. Los
estudios en este tópico se han centrado, mayoritariamente, en aspectos socioecológicos, es decir,
motivaciones para la adopción de la certificación, beneficios
percibidos y dificultades encontradas en el proceso. Por el contrario, los aspectos
menos estudiados se encuentran los efectos económicos para la empresa. En cuanto
a distribución geográfica, las recientes revisiones evidencian que Latinoamérica se
encuentra muy rezagada en este tipo de investigación respecto a regiones como
América del Norte o Asia (Salim et al. 2018).
En Colombia, en particular, sólo se encuentra un estudio cualitativo acerca de la
implementación de la ISO 14001 en las empresas (Acuña, Figueroa y Wilches, 2017)
cuyo objetivo fue identificar ventajas y desventajas de este estándar en las empresas
certificadas de una zona del país.
Con el ánimo de cubrir el vacío de investigaciones sobre efectos económicos de la adopción de ISO 14001 en empresas colombianas, el presente capitulo tiene por objetivo determinar si tener certificación ISO 14001 tiene incidencia, o no, en la valorización de las empresas, siguiendo una metodología cuantitativa a fin de complementar los resultados del estudio antes mencionado. Para este efecto, se presenta inicialmente la revisión de la literatura, la cual se estructuró en cuatro partes: en primer lugar, los estudios sobre proactividad y certificaciones ambientales. En segundo lugar, se presentan los estudios sobre normas ISO 14001 y aspectos socio-ecológicos. En tercera instancia, norma ISO 14001 y desempeño ambiental y, cuarto, norma ISO 14001 y desempeño financiero. Posterior a la revisión se presenta la metodología del presente trabajo, seguido de los resultados, la discusión y conclusiones.
Proactividad ambiental y certificaciones ambientales
Una empresa proactiva en términos ambientales se define por el cumplimiento
de tres características: primero, tiene un sistema de administración ambiental
que planifica las prácticas ambientales de la organización. Segundo, cuenta con estrategias que
incluyen reciclaje, reutilización y reducción de impactos sobre el
medio ambiente y, tercero, informa a la sociedad sus prácticas de sustentabilidad,
es decir, revela información ambiental, económica y social (González-Benito
y González-Benito, 2006). La proactividad ambiental es una variable que
permite diferencia la habilidad de las organizaciones para responder ante los
retos propuestos por la crisis ambiental, por ello se considera que es una de las
capacidades dinámicas de las firmas (Primc y Čater, 2016). Si bien la proactividad
se puede demostrar de diferentes maneras, la forma más usual de hacerlo es
integrando un sistema de gestión ambiental (SGA). Desde esta perspectiva, y
siguiendo a Lannelongue y Gonzalez-Benito (2012), las empresas se pueden
clasificar en tres perfiles: las que tienen acciones voluntarias frente a lo ambiental
sin tener un SGA, las que han implementado un SGA y las que han certificado ante
un tercero reconocido el SGA.
Respecto a los determinantes de la proactividad ambiental en las organizaciones
se han encontrado diversos aspectos. Los estudios relacionan asuntos tanto
internos como externos a la empresa (González-Benito y González-Benito, 2006).
Entre los determinantes internos se encuentra, en primer lugar, el tamaño de
la empresa; cuanto más grande es la empresa, tiende a generar más acciones
voluntarias respecto a la dimensión ambiental (Marco, Moneva y Scarpellini,
2018), esto debido a la relevancia que cobra la credibilidad que tenga dentro del
mercado. Sin embargo, el ser una empresa pequeña o micro no implica menor
proactividad ambiental, pues muchas veces éstas hacen parte de cadenas de
suministro y pueden ser influenciadas por sus clientes, generalmente empresas
más grandes, que les solicitan incorporar prácticas ambientales para garantizar el
logro de una certificación o un sello verde (Testa et al. 2016).
Otro elemento que se ha planteado como determinante en la proactividad
ambiental es la dirección. En este sentido, se tienen trabajos que apuntan a
señalar la importancia que tiene una gerencia sensible o comprometida con
los asuntos ambientales (Leonidou et al. 2015), ya que no sólo direcciona los
procesos al interior de la organización, sino que tiene la capacidad de influenciar
y motivar a los empleados a desarrollar prácticas ambientalmente amigables
(Avota, McFadzean y Peiseniece, 2015). Otro aspecto que se ha considerado es
la importancia de incluir los temas ambientales en la planeación sistemática,
pues aquellas organizaciones en las cuales este proceso se da tienden a generar
decisiones y estrategias más allá de lo exigido por la norma y, por tanto, ser más
proactivas (Moini, Sorensen y Szuchy-Kristiansen, 2014).
Otro de los aspectos internos considerados, relacionado con el tamaño de la
empresa, tiene que ver con el grado de internacionalización de ésta. Algunos autores dan cuenta de
que a mayor grado de internacionalización más probabilidad de ser
ambientalmente proactivas (Luan, Tien y Chen, 2016), esto debido a la presión
que ejercen los mercados externos y las regulaciones particulares de cada país.
Las empresas con vocación internacional buscan evidenciar su responsabilidad
ambiental a través de sellos o certificaciones, particularmente destaca la ISO
14001 como una de las más recurrentes (Luan, Tien, y Chen, 2016).
Algunos temas han sido explorados en menor medida, pero se han mencionado como
elementos determinantes. Tal es el caso del tipo de propiedad, en el que algunas
investigaciones concluyen que aquellas que por su composición en la propiedad se
ven obligadas a revelar información, como las estatales, y con menos concentración
de propiedad suelen ser más proactivas (Calza, Profumo y Tutore, 2016).
De otro lado, se encuentran determinantes de carácter externo. En este sentido,
unos trabajos apuntan que en general la regulación ambiental de cada país es un
factor decisivo para la incorporación de estrategias ambientales (Khanna y Speir,
2013; Lee, Wahid y Goh, 2013). Pero, además, entre más estricta es esta legislación
mayor es la probabilidad de que las empresas adopten estrategias ambientales
voluntarias, ya sea porque generan mayor conciencia frente al problema ambiental
(Wahga, Blundel y Schaefer, 2018) o porque promueven su uso publicitando
los beneficios económicos de corto plazo o la disminución de riesgos (Sundin y
Brown, 2017). Este aspecto también se evidencia en la internacionalización de las
empresas, pues algunas investigaciones concluyen que la presión regulatoria de
los países destino de las exportaciones incide en la incorporación de estrategias
de tipo proactivo (Goedhuys y Sleuwaegen, 2016).
La presión por parte de los stakeholders también se plantea como un determinante externo. Desde esta
mirada, los clientes configuran uno de los grupos
más relevantes en los estudios debido a la presión que ejercen en el mercado para
que las empresas muestren, especialmente con certificaciones internacionales,
las estrategias sostenibles (Lázaro y De Assis, 2012). Por su parte, las empresas
buscan dar respuesta a estas solicitudes del mercado con la expectativa de obtener
ventajas competitivas (Valero-Gil, Rivera-Torres y Garcés-Ayerbe, 2017; Leonidou
et al. 2015). Otros grupos de interés que se han mencionado como importantes en
la incorporación de estrategias proactivas son los accionistas, y en menor medida
comunidades y ONG´s (Lázaro y De Assis, 2012).
Norma ISO 14001
Las normas ISO son reconocidas a nivel mundial por ser estándares de
organizaciones. En sus 72 años de historia, la Organización Internacional para la
Estandarización ha generado 22.208 estándares que son reconocidos en 161 países
(ISO, 2018). En este contexto, en 1996 aparece la familia ISO 14000 con el propósito
de brindar herramientas a las organizaciones para administrar la responsabilidad
ambiental. En particular, la ISO 14001 da los lineamientos para establecer un
sistema de gestión ambiental (ISO, 2018). El número de certificaciones ISO 14001
en el mundo se ha incrementado, pasando de 13.994 en el año 1999 a 362.610
en el 2017 (ISO, 2018a). El estándar ISO 14001, en su versión actualizada a 2015,
provee las herramientas necesarias para que las empresas puedan diseñar una
política ambiental que permita incorporar la idea de la sostenibilidad en todos
los niveles jerárquicos: estratégico, táctico y operativo. A partir de la aplicación
de una adecuada política ambiental, es posible no sólo mejorar los desempeños
ambientales (ISO, 2018), sino además comunicarlos de una manera eficiente,
promoviendo así la credibilidad en el mercado.
Así como ha crecido el número de certificaciones ISO 14001, el interés por la
investigación sobre ésta también lo ha hecho (Jovanovic y Janjic, 2018; Reis et al.
2018). Sin embargo, la mayoría de los trabajos se han centrado en los beneficios
y dificultades que han encontrado las organizaciones para su implementación
(Reis et al. 2018). De acuerdo con las recientes revisiones, los beneficios de la ISO
14001 en las empresas se relacionan, fundamentalmente, con mejoras de imagen,
posicionamiento en el mercado y las mejoras en la relación con los clientes.
Dentro de las dificultades más reportadas en las investigaciones se encuentra
el acoplamiento con la legislación y la relación entre la norma y las acciones
particulares del gobierno en torno a medidas ambientales (Reis et al. 2018). Desde
otra perspectiva, la investigación sobre ISO 14001 en las empresas se puede
dividir en tres tópicos: aspectos socio-ecológicos, efectos económicos y efectos
ambientales (Salim et al. 2018).
Norma ISO y aspectos socio-ecológicos
En temas socio-ecológicos sobre ISO 14001 priman los estudios sobre las
motivaciones para que una organización inicie la implementación de esta
certificación, así como los beneficios percibidos por ello. Entre las motivaciones
para implementar el estándar ISO 14001 se encuentran la idea de una mejora
en la imagen pública de la empresa y que el mercado la identifique como
socialmente responsable (Jovanovic y Janjic, 2018; Seijo-García, Filgueira-Vizoso,
Muñoz-Camacho, 2013). Sin embargo, para algunos, las motivaciones pueden cambiar a lo largo del
tiempo pues las mencionadas se asocian a las primeras
etapas de implementación del estándar (Baek, 2017) y, posteriormente, en las
recertificaciones de mediano y largo plazo, las motivaciones pueden ser más de
orden institucional, es decir, por presión regulatoria del gobierno que, aunque no
obliga a certificarse puede establecer una normativa que sólo se cumpla en la
medida que se obtenga la certificación.
Otros motivos encontrados por las investigaciones recientes dan cuenta de las
herramientas que otorga esta certificación para cumplir con las exigencias en
términos ambientales por parte del gobierno (Baek, 2017; To y Tang, 2014), esto
ya que mejora significativamente la administración ambiental de la organización
(Seijo-García, Filgueira-Vizoso, Muñoz-Camacho, 2013), lo cual permite incluso la
disminución de costos gracias al racionamiento de recursos (Dragicevic y Letunic,
2012).
En algunos trabajos, adicional a lo expuesto, se han encontrado motivaciones
asociadas al posicionamiento en el mercado, ya que la certificación ISO 14001
puede tratarse de una exigencia de un cliente, esto ocurre particularmente cuando
se tiene vínculo comercial con países desarrollados (Tambunlertchai, Kontoleon y
Khanna, 2013). En este sentido, se explica el creciente número de empresas con
este estándar en los países en vías de desarrollo (Fura y Wang, 2017).
Otro grupo de estudios se ha centrado en dar cuenta de los beneficios de la
obtención de estas certificaciones. Así, se evidencian mejoras en el desempeño
ambiental (Jovanovic y Janjic, 2018), en la reducción de costos (Dragicevic y
Letunic, 2012), en la rentabilidad y productividad de la empresa (Waxin, Knuteson
y Bartholomew, 2020) y en mayor cuota de mercado, tanto local como internacional (Yang y Yao, 2012)
lo cual deriva en una mejora de la imagen pública de la
firma (Gawaikar, Bhole y Lakhe, 2018; To y Tang, 2014; Seijo-García, Filgueira-Vizoso,
Muñoz-Camacho, 2013). Sin embargo, los beneficios dependen de variables como
tamaño de la organización, tiempo de adopción del estándar (Prajogo, Tang y
Kee-hung, 2012) o tipo de industria (Hatakeda et al. 2012).
Entre las dificultades de la adopción de este estándar se señala el asunto del
incremento en los costos (Pesce, Shi, Critto, Wang y Marcomini, 2018) debido a
cambios que se pueden requerir en el sistema de producción, la complejidad del
estándar en sí mismo y el necesario apoyo técnico que se requiere. Esto último
implica costos adicionales ya que, generalmente, el apoyo técnico deriva en la
creación de nuevas dependencias en la organización para que promuevan mejoras
continuas en el sistema (Gawaikar, Bhole y Lakhe, 2018) y, usualmente, los países
en vías de desarrollo adolecen de incentivos o programas de apoyo por parte del
Estado (Massoud, Fayad, El-Fadel y Kamleh, 2010).
Norma ISO 14001 y desempeño ambiental
Como se mencionó anteriormente, la ISO 14001 se orienta a contribuir en la
gestión ambiental de las organizaciones. De esta manera, algunos estudios dan
cuenta del efecto positivo en el desempeño ambiental de las empresas (Jovanovic
y Janjic, 2018; Acuña, Figueroa y Wilches, 2017; Seijo-García, Filgueira-Vizoso,
Muñoz-Camacho, 2013) evidenciando los beneficios en ahorro de energía, reutilización de recursos,
reducción de desechos y racionalización de la logística inversa.
Así mismo, se encuentran trabajos que evidencian el impacto positivo en el diseño
de nuevos productos con características de sostenibilidad (Zimon, 2017) y en la
implementación de programas específicos para disminuir los niveles de contaminación (Nurkhaeriyah et
al. 2019).
Si bien se podría considerar que la certificación ISO 14001 en sí misma, al estar
orientada a la implementación de sistemas de gestión ambiental, es un resultado
positivo en el desempeño ambiental de las empresas, otros trabajos muestran
que esto no es del todo claro. Este estándar ha recibido críticas en el sentido de no
generar mejoras significativas en el desempeño ambiental de las organizaciones,
por ejemplo, en la reducción de gases de efecto invernadero (Hatakeda et al. 2012)
que es uno de los problemas ambientales más graves en cierto tipo de industrias.
Así mismo, no es claro el efecto en términos de posibilitar una cadena de suministro sostenible
(Zimon, 2017) o en la consolidación de prácticas de desarrollo
sostenible en el largo plazo (Pesce et al. 2018).
En cualquier caso, debido a que adoptar este estándar da señales a los steakholders
sobre el nivel de compromiso con el medio ambiente, cuanto más muestre
una empresa su inclinación hacia políticas sostenibles (desempeño ambiental
simbólico), mayor es la probabilidad de adoptar este estándar (Ferrón Vílchez, 2016).
Norma ISO 14001 y desempeño financiero
Los estudios sobre efectos financieros, contables y costos de la adopción de ISO
14001 en las empresas se han venido incrementando con los años (Searcy, Morali
y Karapetrovic, 2012) y se pueden clasificar en tres grupos: los que han mostrado
resultados positivos, negativos y sin impactos.
La mayoría de trabajos parten de la premisa de que cumplir la normatividad
ambiental y ser responsable en esta dimensión debería tener consecuencias
positivas en el desempeño financiero de la organización, debido, en particular,
al hecho que uno de los beneficios mayoritariamente percibido por las firmas es
la mejora de la imagen corporativa. Sin embargo, algunos estudios evidencian efectos negativos, en
términos financieros, de la certificación ISO 14001 (Ionașcu
et al., 2017; Paulraj y de Jong, 2011). Si bien estos trabajos logran evidenciar consecuencias
positivas, por ejemplo, en la reducción de costos, también indican que se
pueden dar efectos negativos en el precio de las acciones de la compañía tras los
anuncios de certificación (Paulraj y de Jong, 2011) o disminución de las ventas (He,
Liu, Lu y Cao, 2015).
Los trabajos que muestran resultados financieros positivos (Heras-Saizarbitoria,
Molina-Azorín y Dick, 2011) destacan, generalmente, que tales efectos no son
dados por la certificación per se, sino que dependen de ciertas variables. El
tamaño de la industria es uno de los condicionantes para tener un efecto positivo
de la ISO 14001 (Padma, Ganesh y Chandrasekharan, 2008; Yang y Yao, 2012;
Horváthová, 2020), pues se considera que las empresas más grandes tienden a
buscar mercados internacionales, más exigentes que los locales, y esto les implica
responder a requerimientos incluso más allá de lo exigido por una certificación
ambiental como lo es ISO 14001. En consonancia con esto, el grado de internacionalización también es
uno de los factores que incide en que el efecto financiero de
la certificación sea positivo, pues una empresa con mayor nivel de exportación o
más IED presenta resultados más positivos que las que no cumplen esta condición
(Yang y Yao, 2012).
Otro de los elementos considerados para que el impacto de la ISO 14001 sea
positivo es el tipo de industria. De esta manera, las industrias de alta contaminación
suelen tener mejores efectos financieros dada la adopción de la certificación (He
et al. 2015), esto debido a que en dichas empresas se puede obtener mejores
desempeños tanto en ventas como en costos. De la misma manera, parece que
el concurso de varias certificaciones, tipo ISO 9001 y OHSAS 18001 en la misma
organización, puede llevar a que ésta tenga un mejor desempeño financiero que si
sólo se cuenta con la correspondiente a sistemas de gestión ambiental (Ionașcu et
al. 2017), caso en el cual podría ser negativo el efecto.
Otro aspecto que se ha incluido como potenciador de los efectos positivos es el
tiempo de implementación de la certificación, ya que a mayor tiempo de establecido
y puesto en marcha el sistema, parece que se tiene mejores desempeños financieros
(de Jong, Paulraj y Blome, 2014; Lee et al. 2017), esto derivado de un mayor grado de
madurez de la empresa y el tiempo de exposición de su imagen verde en público
(Martín-de Castro, Amores-Salvadó y Navas-López, 2016).
Por último, se tienen los estudios que no son concluyentes sobre los efectos que
la ISO 14001 tiene en el desempeño financiero de las empresas, en el sentido que
si bien pueden mostrar efecto positivo, éste puede que no sea estadísticamente
significativo o su impacto sea sólo de corto plazo (Tamimi y Sebastianelli, 2012). Así, algunos
trabajos han considerado la comparación de indicadores de rentabilidad
entre empresas certificadas y no certificadas, encontrando que no hay diferencia
estadística importante en los rendimientos financieros (Testa y D’Amato, 2017;
Heras Saizarbitoria y Arana Landín, 2011). Otros estudios han considerado la
evaluación de los indicadores antes y después de la certificación, mostrando que
no hay diferencia sustancial entre los dos escenarios (Acuña, Figueroa y Wilches,
2017; Hazudin et al. 2015).
Entre las explicaciones dadas a este tipo de resultado está el efecto en la
productividad, es decir, aunque la certificación ISO 14001 redunde en una
disminución de costos, puede que no implique un aumento en la productividad
o en los ingresos (Testa y D’Amato, 2017). De igual modo, la internacionalización
de la firma también puede tener un efecto, pues cuando la empresa ya tiene
mercado en el exterior antes de la certificación, parece que no hay un efecto en el
desempeño financiero (Padma, Ganesh y Rajendran, 2008).
Dentro de las variables tenidas en cuenta para hacer los análisis de la relación
entre ISO 14001 y desempeño financiero se encuentra en mayor medida el ROA
y ROE (de Jong, Paulraj y Blome, 2014; He et al. 2015; Heras-Saizarbitoria, MolinaAzorín y Dick,
2011; Ionașcu et al. 2017), el EBITDA (Ferron et al. 2012) y cotización
en las bolsas de valores (Ionașcu et al. 2017).
2. Materiales y métodos
Con el fin de evidenciar si la certificación ISO 14001 tiene efecto en la valorización
de las empresas en Colombia, se definió realizar un estudio cuantitativo de corte
transversal de las firmas que cotizan en la bolsa de valores de Colombia (BVC),
es decir, para el año de estudio (2018) corresponde a 69 emisores, cuyos datos
financieros están disponibles en la página web de la BVC y en la superintendencia
financiera. Estas empresas se clasificaron entre certificadas y no certificadas con
ISO 14001. La información sobre la certificación fue recolectada de los informes
de gestión de las empresas, los cuales están disponibles en sus páginas web para
revisión de los accionistas. Si bien son 69 emisores para el período de estudio, se
logró recolectar información financiera de 65. En el caso de algunos emisores
no fue posible corroborar la información sobre certificación ISO 14001, por lo
cual fueron descartados del estudio. De esta manera, se recolectó información
completa de 57 emisores, es decir, el 82% del grupo objetivo de firmas.
Conforme a lo encontrado en la revisión de la literatura, se plantearon las
siguientes hipótesis:
• H1. El rendimiento financiero promedio de las empresas certificadas es
diferente al de las empresas no certificadas con ISO 14001.
• H2. La certificación ISO 14001 tiene efecto en la valorización de las empresas.
Se midió el rendimiento financiero a través del ROE de las empresas que cotizan
en la BVC, siguiendo estudios semejantes (de Jong, Paulraj y Blome, 2014; He et.
al, 2015; Heras-Saizarbitoria, Molina-Azorín y Dick, 2011;) y, a su vez, la valorización
de las empresas se midió mediante su capitalización bursátil en el mes de julio de
2018 (Ionașcu et al. 2017).
Para testear las hipótesis se planteó, en primer lugar, realizar una prueba de
hipótesis para diferencia de medias y verificar si la media del ROE en las empresas
certificadas difiere de las empresas no certificadas. De otro lado, respecto a la
segunda hipótesis, se planteó un modelo de regresión simple:
Cap.Burij = β0 + β1
ISOij + εij, donde
Cap.Burij: capitalización bursátil de la empresa i en el momento j.
ISOij: certificación ISO de la empresa i en el momento j, que se tomó como una
variable dummy que toma el valor de 1- tiene certificación ISO en el momento j, y
0- tiene certificación ISO en el momento j.
3. Resultados
Para el caso de la primera hipótesis planteada se realizó una prueba de hipótesis
para diferencia de medias. En este caso, la variable ROE de las empresas no tiene
una distribución normal, como lo indica la tabla 1. Prueba de normalidad:
De acuerdo con la prueba de normalidad, se planteó una prueba de hipótesis no
paramétrica U de Mann-Whitney con la variable de agrupación ISO 14001, cuyo
resultado arroja una significancia asintótica de 0.21, lo cual sugiere no rechazar la
hipótesis de igualdad de medianas, es decir, que conforme a esta prueba se puede
afirmar que las medianas del ROE de las empresas certificadas y no certificadas no
difieren, como se muestra en la tabla 2. Estadísticos de la prueba:
Respecto a la segunda hipótesis, sobre la incidencia de la ISO 14001 en la
valorización de las empresas, se planteó un modelo de regresión simple en el
cual la variable dependiente es la capitalización bursátil de las empresas y la
independiente es la certificación ISO 14001. Como se muestra en la tabla 1, prueba
de normalidad, la capitalización bursátil no tiene una distribución normal, por lo
cual se trabajó con el logaritmo natural de la misma. El resumen de los resultados
de este modelo se presenta en las tablas 3a. Resumen modelo de regresión 1 y 3b.
Resumen coeficientes:
Los resultados muestran un R2 ajustado bajo. Sin embargo, dado el valor crítico de
F (0,026) y la significancia de la variable ISO 14001 (0,026) ésta puede considerarse
como explicativa de la capitalización bursátil, indicando una relación positiva entre
éstos (0,295). Debido al bajo R2 ajustado, se consideró un nuevo modelo en el que
se incluye una variable de control, como es el precio de la acción, cuya prueba de
normalidad (tabla 1) indica que no es una variable con distribución normal, por lo
cual, al igual que la de capitalización bursátil, se trabaja con su logaritmo natural.
Al generar este modelo, se obtienen los resultados de las tablas 4a. Resumen
modelo de regresión 2 y 4b. Resumen coeficientes modelo 2:
Este segundo modelo arroja un R2 ajustado más significativo que el anterior. Sin embargo, la significancia de la certificación ISO 14001 (0,057) indica que ésta ya no se puede considerar como una variable explicativa de la capitalización bursátil, es decir, desde los resultados de los dos modelos se puede afirmar que la certificación ISO 14001 tiene una incidencia muy débil en la valorización de las empresas.
3. Discusión
La revisión de la literatura indica varios estudios sobre la relación entre certificación
ISO 14001 y desempeño financiero de las empresas, la mayor parte de ellos de
tipo cualitativo. De manera semejante a varios de los estudios señalados en la
revisión, los resultados del presente muestran una relación no concluyente entre
ISO 14001 y desempeño financiero de la empresa (Testa y D’Amato, 2017; Tamimi
y Sebastianelli, 2012; Heras Saizarbitoria y Arana Landín, 2011). Este resultado
contrasta con la opinión generalizada que ser ambientalmente responsable
redundará en una mejoría de la competitividad de la empresa (Porter y van der
Linde, 1995). Sin embargo, en los estudios mencionados se ha argumentado que
la relación entre estas dos variables puede ser débil dado que las inversiones para
implementar un sistema de gestión ambiental son relativamente altas, lo cual en
el corto plazo puede no compensar con los ingresos generados (Testa y D’Amato,
2017), bien sea por productos nuevos en el mercado o acceso a nuevos mercados.
Contrario a lo mostrado en estudios de países con mayor grado de desarrollo
que Colombia, como España (Heras Saizarbitoria y Arana Landín, 2011; HerasSaizarbitoria,
Molina-Azorín y Dick, 2011), en este país se evidencia que la
rentabilidad entre las empresas certificadas y no certificadas no difiere. Este
resultado es semejante al mostrado por otro país en desarrollo, como lo es
Rumania (Ionașcu et al. 2017), lo cual podría sugerir entrar a considerar el desarrollo
económico del país ya que, siguiendo lo presentado por la teoría (Pereira y Lemke,
2013), puede que el grado de desarrollo de un país implique un mercado más
exigente en términos ambientales y, por tanto, tener una certificación podría,
eventualmente, generar mayor rentabilidad.
Otra posible explicación a este asunto puede radicar en el comportamiento de
la demanda. Algunos estudios sugieren que, pese a tener una conciencia del
papel que se tiene como sujeto en la solución a la crisis ambiental, el consumidor
promedio tiende a priorizar otros asuntos en la toma de decisiones, tales como
el precio, la comodidad en el procesos de adquisición o la disponibilidad; en este
sentido, es importante que las empresas, además de comunicar adecuadamente su responsabilidad
ambiental, tengan presentes las barreras en la toma de
decisiones (Izagirre-Olaizola, Fernández-Sainz y Vicente-Molina, 2013) frente a la
compra de un producto (o servicio) con mayor grado de sostenibilidad que otro.
Por otro lado, trabajos previos sugieren considerar el tiempo de la certificación
pues a largo plazo ésta puede tener mayor incidencia en variables externas a la
organización, como imagen corporativa o acceso a mercados internacionales
(Padma, Ganesh y Rajendran, 2008), y menos en asuntos internos como la
rentabilidad o reducción de costos. En este caso, debido a que no fue posible
establecer el momento de certificación de cada una de las empresas de la población
objetivo, puede que el resultado tenga que ver con que varias de éstas ya estén
en ese escenario de largo plazo. En este sentido, es importante reflexionar sobre
cómo entran a jugar en los efectos financieros asuntos como las recertificaciones
y el valor agregado que generan a la empresa.
De manera similar, también es necesario tener en cuenta que, en el largo plazo,
los efectos de la aplicación de estrategias ambientales se reflejan en aspectos que
no necesariamente tiene que ver con la rentabilidad (de Jong, Paulraj y Blome,
2014; Gawaikar, Bhole y Lakhe, 2018). Así, la responsabilidad social corporativa y la
rendición de cuentas, particularmente en temas ambientales, se puede evidenciar
en un mayor posicionamiento de mercado, lo que no necesariamente se ve
reflejado en la valorización de la empresa (Seijo-García, Filgueira-Vizoso, MuñozCamacho, 2013).
Un asunto adicional a considerar es la trayectoria de la empresa. Trabajos previos
sugieren que empresas con un alto volumen de ventas, como se espera sean las
que cotizan en bolsa, tienen recursos financieros adecuados, por lo que se espera
la certificación no modifique sustancialmente sus ventas sino que impacte en
aspectos menos tangibles como cambios en el clima organizacional, empleados
más comprometidos con la responsabilidad social corporativa, reducción de
costos por la eficiencia en el uso de materias primas y ahorros en energía, entre
otros (Padma, Ganesh y Rajendran, 2008). De otro lado, las empresas con
vocación internacional tienden a experimentar menos cambios luego de una
certificación ya que se entiende que tal exposición en el comercio internacional
ha redundado en mejores prácticas ambientales, debido a exigencias de los
mercados internacionales.
A pesar de no encontrar una relación evidentemente positiva entre la certificación
ISO 14001 y el desempeño financiero, esto no quiere decir que la certificación
no funcione en términos del desempeño ambiental u organizacional. Entre los
hallazgos de los informes de gestión presentados en los últimos dos años por
parte de las empresas analizadas son comunes, para las empresas certificadas, los indicadores de
ahorro de energía, consumo de agua, disminución de emisiones
o reducción general de huella ecológica, que si bien no fueron el objeto de este
trabajo, coincide con lo evidenciado por el otro estudio desarrollado en el país
(Acuña, Figueroa y Wilches, 2017), en el sentido que la adopción del estándar
puede implicar una mejora significativa tanto de la imagen pública como del
cumplimiento de la normatividad en el país.
4. Conclusiones
El objetivo del trabajo se centró en determinar si la adopción de la ISO 14001 tiene
efecto en la valorización de las empresas en Colombia, para lo cual se estudió
el grupo de emisores de la BVC. Los resultados encontrados indican, de manera
semejante a otros países en vías de desarrollo, que esta certificación tiene una
débil incidencia en la valorización de las empresas y, además, no genera una
diferenciación de rentabilidad entre empresas certificadas y no certificadas.
Los hallazgos sugieren que se deben tener en cuenta otras variables como el nivel
de desarrollo del país, el tipo de industria (si es altamente contaminante o no),
el perfil del consumidor o el tiempo de la certificación, ya que esto puede llegar
a modificar los resultados. Respecto a investigaciones previas en el país sobre
este tema, se complementa con otro método que manifestaron los empresarios
(Acuña, Figueroa y Wilches, 2017) en cuanto a percibir pocos beneficios en términos
económicos de la adopción de la ISO 14001.
Sin embargo, si bien no se encuentra una relación positiva entre certificación ISO
14001 y desempeño financiero, esto no sugiere que ésta no sea benéfica para las
empresas, pues la relación poco clara con el rendimiento financiero se puede
ver compensada con los beneficios percibidos a nivel ambiental y la reducción
de costos por la disminución de algunos recursos (Seijo-García, Filgueira-Vizoso,
Muñoz-Camacho, 2013), además del aporte que se genera al desarrollo sostenible
del país.
Es importante destacar que se requiere seguir promoviendo una regulación
ambiental fuerte en los países en vías de desarrollo como Colombia, de manera
que se promuevan en las empresas estilos organizacionales asociados a la
sostenibilidad. El acceso al comercio internacional está claramente demarcado
por la competitividad y la necesidad de establecer valores agregados o
diferenciales en el mercado, y las características de ecoeficiencia de un producto
pueden ser una variable que marque esa diferencia que se requiere. Es interesante evidenciar cómo
algunas empresas de Colombia certificadas con ISO 14001 han
tenido mejores desempeños exportadores que aquellas que no lo tienen (GarcíaCastiblanco, Díaz-Ariza
y Pinzón-Muñoz, 2019).
El presente estudio está limitado por el grupo objetivo de empresas que se analizó,
ya que todas las firmas se pueden clasificar como grandes, de trayectoria relevante
en el mercado y, en su mayoría, con acceso a los mercados internacionales, así que
sería necesario revisar si los resultados son semejantes para pymes. Igualmente,
el trabajo se limita a las variables descritas en la metodología (ROE y capitalización
bursátil); podrían revisarse también aspectos como ventas, cuota de mercado u
otras para complementar el análisis.
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